Un momento de luz de vida

  En primer lugar, quiero disculparme por esta ausencia no justificada durante varios día. La razón era por que mi madre se encontraba muy mal de salud. Al final ha fallecido. No ha sido fácil, ni cómodo. Mas pude despedirme de ella. Pude hablar con ella en la comunicación, de alguna manera, dadas las circunstancas, pues de tú a tú. Le dije que siguiera su camino en paz. Que recorriera ese espacio que, muchas veces, nos separa los unos de los otros, y que tanto cuesta entender. Le dije que se marchara en paz. Que ya no había deudas entre nosotras. Y que le deseaba lo mejor en ese trayecto en el cual ella creía, y entiendo ha de ser respetuoso. En ese encuentro con su dios particular. Con sus seres queridos. Liberada ya del dolor, del sufrimiento, de muchos momentos de angustia y, tal vez soledad. Al mismo tiempo, y casi sin ser consciente de ello, mi mundo se llenó de mucha paz, de una gran luminosidad, de una despedida sin altos ni bajos significativos. Espero que su alma se encuentre donde ella quiere estar, que nos transmita su luz, su ilusión, su vida. Que no olvide que estamos aquí. Un abrazo muy fuerte para mi madre, por todo lo que me regaló y que tanta paz ha dado a mi vida. Gracias.

   M.Mercedes Rodríguez Perera