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sábado, 26 de mayo de 2012

Uf, la señora locura...

Pero que acalorada se pone muchas veces la señora locura. Muy coqueta, muy suya, muy avispada.
Cuando por alguna razón o sin razón pierdes el control de tu mecanismo vida, pues tu persona anda, o puede andar por terrenos pantanosos. Puedes desorientarte y perder la ruta de vuelta a casa. Algo así como jugar a la ruleta rusa con tu persona y con el mundo...
No siempre es posible encauzar nuestros  senderos por caminos transitables. A veces hasta desconocemos el sendero más cercano a casa.
la mente puede presentarse caballerosamente como todo un dios. aunque no siempre es juesto ni misericordioso.
la compensación para nosotros ha de ser un regalo vida de valor incalculable, de indescriptible esencia sentimental. Porque sin los sentimientos se rompe lo más bonito del ser. Lo que parece estar claro es que la vida nos siempre te da varias oportunidades. No siempre ocurren las cosas por azar. El camino por ti elegido ha de ser por ti trabajado, currado. Sí, unas veces a tiempo parcial. Otras, pues parece ser que  tú has de marcar tu sendero...
A veces la vida nos pasa unas facturas de escándalo. Hemos de estar preparados para los imprevistos. Pero tras ese verengenal negro y oscuro suele haber una sonrisa la mar de coqueta y complaciente... a veces la vida es mágica. y su magia suele estar, manifestarse en todos y cada uno de nosotros. La vida trabaja en equipo y es ello la que la hace realmente grande y afortunada...felicidades...
Mercedes

1 comentario:

  1. Tal vez la gente tenga miedo a descompensarse. A perder su rol. Lo que se espera de ti, de mí, de todos y cada uno de nosotros. A veces, puede ocurrir que la necesidad imperiosa y obsesiva de estar en el rol perfecto, en el rol cordura...nos puede llevar a una locura un tanto transitoria. Caminantes todos somos en el trayecto vida. Todos hemos de respetarnos en tal trayecto y sentir que hoy tengo una forma de ser determinada, puedo estar lleno de proyectos... pero el futuro es muy incierto y, a veces, sin saber el por qué... pues la vida nos la juega dejándonos en un fuera de juego o en un punto en boca. Mercedes

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