La luna me conmovió, mas yo no fui presa suya. Contagióme de su mundo, dejándome, de forma atrevida, en el meridiano de mi vida. ¡Oh, frescura no le faltó!¡Mas yo si he despertado!
Los momentos que anduvimos dispersos en el espacio. Momentos que reconstruyo para vivenciar recuerdos, pagar esas deudas que a veces te deja un pasado.
Los momentos del día. Aquéllos en los que yo me pierdo buscando lo que llaman vida. Despertando silencios que encapsulaban mi tiempo. Hoy destierro tu mirada y me abrazo a los momentos.
Y en mí depositastes tu confianza cuando yo ya no era nadie. Nada tenía. Mas tu tenaz compañía, despertó el don de mi ser, de mi esencia y, algo muy importante, la capacidad para despertar a la vida. Gracias
El bloc la vida supuso para mí una total liberación. Un encuentro conmigo misma. Con mi mundo interior y la necesidad de expresarlo abiertamente a toda aquella persona interesada. Supuso una sonrisa, salir de mi abrupta soledad. Supuso sentirme cómoda, despierta... Cuando alguién publicó dicho bloc convirtiéndolo en un libro no autorizado. Que entiendo yo, se divulgó por muchos lugares. Sentí un bajón brutal. Alguién me había arrebatado algo que era realmente mío. ¡Alguién me traicionó!
Mas tu mirada turbia me comunicó una alerta intermitente. Será que la vida hace aguas. Será que quizás necesitas encontrar tu lugar en el mundo. ¡Cualquiera sabe!
Por que descubrió que su mundo era opaco. Por que entendió, de alguna manera, que la soledad no es una forma de vida para usar continuamente. Por que entendió que un dia se encontró con personas diferentes a él mismo y de los cuales aprendió infinidad de cosas. Por que instintivamente, sintió que ese era su lugar, su mundo e incluso su forma de ser feliz.
¡Ojo con esa palabra, que mi terreno va pisando!Aquélla que un día admiré y hoy se lleva todas mis medallas. ¡Pero qué fanfarrona es! Anudando mis quehaceres.
Un cajón abierto donde guardar mis cosas, parte de una existencia, de una monotonía... Un cajón cerrado donde guardo, por momentos, el olvido. Intentando distanciarme de su contendio, aprendiendo a vivir, a comunicarme, a sociabilizarme. Aprendiendo a desconectar para seguir viviendo.
Palabras que te escribí, mas nunca envié tus cartas. Jamás tu dirección escondí. Mas las cartas quedaban custodiadas en mi alma. Un salvavidas ajeno se acomodó en mis adentros. Donde yo aprendí a reír y a nadar en mares revueltos.
Repasando nuestra vida y nuestra historia. Un dolor indescriptible disfrazado de sonrisas en el alma. Cuajando está la mañana. ¡Ya te has de despertar!¡Tu veredicto, inocente!¡La crueldad se ha de pagar! Por la vida que es bien justa, por un dios que sí es legal.
La vida se gestó hace muchísimos años. Vino a ver la vida compartida pues en el año dos mil doce. Fue una experiencia única y grata. Jamás pensé que tuviese tanta aceptación. Entiendo que algunos empujoncitos por parte de distintas personas me animaron a poner me en marcha. A subir a un tren muy particular llamado vida.
Al despertar de aquel día, el niño ya allí no estaba. Todo parecía tranquilo, solo mi mente trastiaba. Juraba que estaba allí. Mi mente solo trastiaba. Mas allí todos callaban.
Que no me envuelva tu mirada ya que, en ocasiones nos vemos inmersos en situaciones bien difíciles. Mas nos dejamos llevar, pues entendemos es alguien importante en nuestras vidas. Envolverme es algo así como protegerme demasiado. No dejarme dar un paso en falso. Es en las caídas donde se aprenden lecciones sin precedente.
El lenguaje de la vida es el que manifestamos en el día a día. Allí donde nos perdemos y casi sin ser vistos la vida vuelve a juntarnos. Pero que trastiona la señora vida. Sí, algo pícara si que es.
Las miradas deambulantes de silencios infinitos. Escritorios de un alma inquieta que ve pasar el tiempo. Quizás de forma, casi inconsciente, repasamos nuestra vida.