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lunes, 30 de diciembre de 2013

El juego de la búsqueda y del encuentro


   Sí, buscar y encontrar.
     _Juego al que me invitó un amigo/a y me pareció la mar de sensacional, genial.
   ¿Qué se apuesta?
       _Bueno, el rodaje- juego irá  indicando que has de apostar.
   _A veces, es algo pícaro y cuidado has de tener. Puesto que te puede enredar en mas de una artimañas y casi como que no sales de esa  tu primera casilla.
       _¿Qué puedo perder?
_Lo puedes perder absolutamente todo. Es un juego- vida y a veces se gana y otras te quedas sin fichas para seguir jugando. Puedes arruinarte en un pis- pas de segundo. También puedes ser, aparentemente, la persona mas rica y deseada del universo.
      _A veces sin casi ser conscientes de ello podemos implicar a terceras personas. Personas que jamás quisieron entrar en tal aventura un tanto trambostica, sin sentido...
       _ ¡y eso es válido!
      Ya he comentado que en este particular y arriesgado juego de la vida todo es permitido. Aunque existan verdaderas incongruencias a lo largo del camino. Así pues, ojo, pues.Cada jugador es único responsable de su recorrido y de lo que apuesta en dicha trayectoria.
     _ ¿Se puede ganar mucho en ese juego?
    Digamos que puedes ganar todo un universo... también perderlo. Los participantes aspieran a tener, principalmente, cosas materiales, también muchísimo dinero. Claro que, sin ser conscientes del todo, pues dejan en su camino-ficha: la ilusión, los sentimientos, el compartir, la alegría por haber hecho las cosas bien, la autoestima, la ética...
     El corazón puede, incluso, tener una función meramente funcional. El corazón amor, cariño, respeto, ilusión, complicidad... pues se les considera débil, molesto, garrasposo, incómodo, que pone barreras en el otro extremo del camino. Es decir, en la otra cara de la moneda.
      A veces unas normas pues conducen a otras. Unos caminos se ramifican mas de la cuenta. El proposito puede ser llegar a ser el hombre/mujer mas poderosos del mundo. Y ahí se pueden separar brutalmente dos caminos que iban a la par. Llega un momento en que lo material y lo emocional no se llevan bien. Siguen mundos distintos. Se mueven por intereses diferentes, opuestos. A veces se ahogan el uno al otro. Mas yo digo: Sálvese quien pueda.

       M.Mercedes Rodríguez Perera

viernes, 27 de diciembre de 2013

Dicen que son momentos-vida


  _ Momentos de principios, de ilusión, de esperanzas...
     _Aquellos nuestros primeros momentos, nuestros pasos un tanto alocados y algo traviesos.Sí, pero con proyección de futuro. ¡A qué sí!
      _Aquellos momentos de dudas, en los cuales el abandono pisó nuestro terreno de juego, dejando momentos pantanosos ante las dudas de nuestro ser, de nuestro actuar, de nuestro compromiso personal, con el mundo...
   _Pero quizás, también momentos muy importantes. Ya que, diciparón dudas, se aclararón ciertas incógnitas.
_Se siguen unas pautas con fortalez, entusiasmo... unas veces, éstas, se consiguen. Otras, pues no. Aunque es en la situación de fracaso donde pocos, quizás muy pocos, vean a su alrededor nuevos caminos, rutas para ser rondadas con alegría, con paso firme y hasta con entereza en nuestro andar.
   _Pero el camino no se detiene, está para ser transitado, estudiado, arriesgar en algunos momentos nuestra forma de darle forma, sacar el fondo donde casi el contenido se difumina.
    _Mas llega un momento donde la luz vuelve a brillar. El sol te saluda cuando despiertas. Mas tú le sonries a la vida, sin ser consciente,que la vida te sonrió a ti primero. ¡Oh!...

      M.Mercedes Rodríguez Perera

jueves, 26 de diciembre de 2013

Navidad desde...


   Navidad desde la plenitud de una vida.
   Navidad desde la interioridad del ser.
   Navidad cuando consigo mis objetivos y me voy super contento/a casi a ninguna parte.
   Navidad cuando me paro en el camino para ayudar a alguien aún sin conocerle. Quizás tengan estas personas las necesidades básicas mas que cubiertas... pero su mirada es un pozo sin fondo. No sé...
  Navidad cuando le pido a dios que jamás borre mi sonrisa. Una herramienta fundamental en mi persona y en el deambular de mi vida diarria.
   Navidad cuando me solidarizo en la distancia y no me olvido que existes.
  Navidad cuando el encuentro solidario se hace posible. Ello es posible debido a la unión de muchos corazones dispuestos a compartir. También al esfuerzo humano, personal, que hace que muchos sueños sean realides proyectadas.
  Navidad cuando se rompe la mampara que lleva viajando conmigo toda una vida. Y soy capaz de encontrarme conmigo misma y también integrarme en el mundo social. Cuando respiro abiertamente y me digo interiormente: "¡Oh, lo hemos conseguido!"
  Navidad cuando descubro que todos somos diferentes y nuestros caminos en libertad nos hacen grandes. Mas el compartir es un libro abierto para todos los que quieran aprender, y colaborar en lo que ellos/as han descubierto, aprendido en el senderismo por la vida.
   Navidad cuando la magia me conquista y los ojos se me llenan de lágrimas. Mas ello no es de tristeza sino de una emoción inmensa de felicidad. 
    Siento la navidad en mi persona cuando descubro que no estoy sola y que soy fuerte en la vida. Bien por experiencias personales, o también por personas que han querido estar ahí ayudándome, o ayudándo a otras muchas personas en momentos de auténtica necesidad. GRACIAS

      M.Mercedes Rodríguez Perera

lunes, 23 de diciembre de 2013

Una carta sorpresa a María


    Hola María, soy Mercedes, espero te acuerdes de mí. De vez en cuando me apetece escribirte algunas cartas personales, esperando sean de tu agrado...
 
      Sabes,María, a veces me pasan algunas cosas que no dejan de sorprenderme gratamente. En este caso te comento que se trata de dos niños pequeños, pertenecientes a la familia y vinieron a mí con el tema "locura". Uno de los niños, ambos muy cerca de mí, pues le comentaba al otro que yo estaba loca. El niño que recibía el mensaje pues comentaba que loca no, que realmente yo estaba loca, loca loca. Todo ello en medio de continuas carcajadas. Era verdaderamente digno de ver, puesto que el diálogo era entre niños pequeños. Luego el del siguiente turno le comentaba
que yo, su tía, estaba pero super loca. Todo ello dentro de un ambiente de carcajadas sin fin. Te comento que yo también me tuve que reír porque todo aquello se desenvolvía dentro de un panorama que rozaba lo cómico. En fin que, cuando se hartaron de decir y repetir lo loca que yo, su tía, estaba... pues yo los observé a ambos... y descubrí:
      _Unos niños pequeños que lo habían pasado genial con el tema de la locura de su tia Mercedes.
      _Unos niños que seguían en el mismo sitio donde comenzó la situación cómica, graciosa a cerca de la locura.
      -Unos niños que no tuvieron ningun miedo de seguir junto a mí, a mi lado.
      _Unos niños para los cuales el tema "locura"no tuvo ningún tipo de connotación negativa.
      _Unos niños que, para nada cambiaron la actitud que anteriormente tenían conmigo. Una actitud de cercanía, de respeto, de seguridad, de juego, de confianza...

         Luego llegué a la conclusión de lo importante que es tener en cuenta a la persona cuando se la juzga, se la critica, o se intenta estigmatizar (no es el caso de estos dos niños, por supuesto)
Me llamó la atención la actitud sencilla, no dramática de estos dos niños que parecían pasarse la pelota continuamente entre ambos.¡Parecían pasarselo en grande!
   Para nada había ídea de prejuicios en estos niños. Conocían perfectamente a su tía(Mercedes) y supieron mirar a la persona con la que ellos se solían relacionar. Lo demás parecía parecerles solo un juego sin consecuencias negativas de ningún tipo.

      A veces, los mayores, sin ser conscientes del daño que hacemos nos dedicamos a estigmatizar a muchas personas sin acercarnos a conocerlas. No somos conscientes que la vida es un bumeran que devuelve aquello que hemos repartido a los cuatro vientos.

    Así pues, hay que tener mucho ojo, puesto que los niños son imitadores, a veces perfectos, y el daño que hagamos a otras personas, nuestros niños, aunque sea de forma inconsciente nos lo devolveran.

      Sé que puede resultar muy difícil educar. Bueno, pues empieza por observar. El camino se hace andando. Andando encontramos las respuestas.

       Bueno, Maria, me despido de ti. Una amiga ficticia a la que escribo una parte de mí. Sí, aunque ella no me lo pida.

        M.Mercedes Rodríguez Perera

domingo, 22 de diciembre de 2013

Cartas a Domingo. Una experiencia... una vida


    Hola, Domingo, espero te encuentres bien.
      Hoy por hoy estoy bien. Tengo una buena conexión con la vida. Mi mundo parece encauzarse adecuadamente, y lo más importante, he "tocado tierra firme". Pero me gustaría comentar algo de mi vida personal. Una situación dramática que marcó mi vida y a día de hoy es dicha situación la que parece tener los dias contados. No la cuento con afán de protagonismo. La cuento como experiencia personal que pueda ayudar a otras personas que puedan estar viviendo esta situación y no sepan dar una orientación adecuada a sus vidas. Evidentemente, yo tuve esa suerte. Claro que llegó cuando yo tenía unos veinte años. Pero bien recibida sea dicha ayuda. Por supuesto, bien aceptada por mi parte. ¡Y eso que tenía un concepto horroroso de los siquiatras! A mi entender, en aquella época me parecía ir al matadero. Hoy, por supuestisimo, entiendo que sin la ayuda de ellos, mi problema o enfermedad hubiera sido imposible de subsanar. Hoy les doy las gracias a todos ellos por el magnífico trabajo que están haciendo en sus respectivas disciplinas. Mi vida se vio marcada, siendo muy pequeña por una manpara imaginaria que me desconectaba del mundo. Sé que ello parece toda una fábula. Nadie tiene por que creerla. Dicha mampara se prolongó hasta los veinte años, aproximadamente. Fue difícil romperla. Hoy es un aleluya porque, verdaderamente se llegó a tiempo. Yo tuve que poner un gran esfuerzo por mi parte. El esfuerzo de mi familia se queda en que cada uno aporta lo que quiere aportar, y se implica lo que considere ha de implicarse. Los niñso, mis sobrinos, han sido verdaderas terapias en mi vida. He tenido la suerte de saber llegar a los niños, de tener una conexión agradable, divertida, comunicativa, de juego. No he tenido ningún problema en mantener la relación grata con todos y cada uno de mis sobrinos. Ello es para mi un gran logro y satisfacción. En el fondo soy muy afortunada. Lo sé. Quizás sea molesto para muchísimas personas que yo hable de las manparas imaginarias que me separaron de mí misma, y del mundo. Mas el pasado, aunque sea a través de pinceladas hay que pescarlo, por que es en dicho pasado donde se puede encadenar adecuadamnete el presente.La investigación que lleve a una respuesta clara, digna y satisfactoria.

          Gracias Domingo, por leer mis cartas aunque sea ficticiamnte.
    
      M.Mercedes Rodríguez Perera

viernes, 20 de diciembre de 2013

Hola, María. Cartas a María


    Entiendo que María es un nombre ficticio para una historia personal, la mía, Mercedes, que tiene muchas cosas de real y dura verdad... en fin, los tiempos cambian y a dios gracias, yo también he cambiado. Vomitando muchas situaciones vividas que ahora son un ir y venir sin consecuencias importantes. Por ponerte un ejemplo un tanto irónico, te diré que la primera vez que entré en el siquiátrico lo hice gritando, pegando patadas, insultando... pues sí, una actitud nada educada para una señorita de unos veinte años. Esto viene a cuento, María, ya que, dadas las circunstancias allí vividas, pues llegó un momento en el cual yo pensé, quizas ingenuamente, que aquella iba a ser mi residencia de por vida. Así pues, lo primero que se me ocurrió fue acomodarme a la situación. Pasear por los alrededores, disfrtutar de la naturaleza allí presente, conversar con algunos compañeros/as. Estar siempre dispuesta a la hora de comer... Bah, que mas cómoda y adaptada aquel ambiente no podía estar. Cuando, a los pocos días me dan la noticia de que tenía el alta. No sabía si reír o llorar. En fin, pura ironía del destino. Sabes, María, las cosas no fueron tan elegantemente como yo esperaba. Mi madre estaba obsesionada con que mi cama fuera mi hábitat mas común, mis hermanos no se relacionaban conmigo, excepto mi hermana, y es que para coger el teléfono debía hacer antes, prácticas de marathon. "Nadie me dejaba tocar el teléfono". Bueno, María, esto solo ha sido un stop en el camino. Un situarnos en un momento particular y arrancar hacia delante...
   Mi vida actualmente no es que sea un jardín de rosas. Pero he aprendido a vivir, a valorar las cosas, a recompensarme cuando hago las cosas bien. Suelo expresar una bonita sonrisa que me sale de forma espontánea. Quizás ello también manifieste el cambio que se ha producido en mi vida. Por supuesto, María soy partidaria de no quedarme anclada en el pasado. De afrontar las cosas según se vayan presentando. Pedir ayuda es importante, y a veces algo muy necesario. Tengo un amigo que se llama, Domingo. También es un amigo ficticio como tú, Maria, Os escribo  cartas por que considero es la mejor forma de conocerme a mí misma. De descubrir mi mundo interior y también, de compartirlo. A veces hago dibjujos que me gustan mucho, y los comparto con personas que quieran mirarlos, observarlos.... todavía tengo mucho que aprender de la vida, del mundo, de las personas, de la sociedad. Hoy por hoy no tengo miedo. La vida me ha enseñado algunas lecciones importantes. Camino poco a poco por las rutas de la vida. No pienso si he perdido muchos años en realizar dicha actividad. Mas bien pienso que la vida, las circurnstancias, me han dado una oportunidad de oro, y, sabes, no voy a desperdiciarla. También es verdad que me lo he currado al ciento por ciento.... gracias, Maria.

     M.Mercedes Rodríguez Perera

jueves, 19 de diciembre de 2013

Cartas ficticias ante una necesidad de comunicación inminente


   Como preámbulo quiero comentar que en un momento de mi vida, relacionado con mi enfermedad, me vi sumamente sola. Digamos que mis amistades mas antiguas decidieron que yo podía ser un problema a la hora de relacionarse ellas/os con otros compañeros/as que muy bien lejos parecían estar de alguna que otra enfermedad menta. Alguna me comentó, la mar de calro que no quería tener problemas conmigo. De la misma manera que se abre una puerta, pues se cierra, y punto.
Me vi sin amistades, sin salir prácticamente de casa, sin prácticamente ninguna relación con mis hermanos, exceptuando mi hermana que siempre, siempre ha estado ahí. Me vi durmiendo prácticamente veinticuatro horas al día. Según mi madre el sueño era una terapia muy buena. Me vi en una casa, deambulando poquísimo, sin entender ni una frase de las expresada, haciéndome zancadillas por tadas partes...


    En fin, que yo, en documentos(Window) creé unas cartas, entre otros documentos, dirigidos a dos amigos ficticios. Domingo y María. Ninguno de ellos se conocían entre sí. Y por supuestísimo eran personajes ficticios creados con la intención de comunicarme con ellos, de expresarme abiertamente. De justificar aquellos amigos con los que siempre soñé y jamás llegué alcanzar.

    Ejemplo

¡Hola, qúe tal, Domingo!
  Soy Mercedes, hoy he querido escribirte después de tantos años por que me siento mucho mejor. Mi vida está orientada positivamente, y me siento capaz de dirigir mi vida, mi mundo, mis sentimientos,mis caminos.
  Recuerdo, Domingo, las veces que acudí a ti rota del sufrimiento, un sufrimiento fisico, síquico, emocional, afectivo.Quizás te resulte dificil, impresionante, pues el por qué te he elegido a ti , tu nombre, y no el de otra persona. Bueno, pues igual de impresionada estoy yo. Tengo que decirte que es el primer nombre que pasó por mi mente, y sabes, me gustó. Lejos quedan los días que pasaba en cama casi veinticuatro horas. O aquél día en que te comenté que un familiar muy querido por mí, al observar el estado lamentable en el cual me encontraba, comentó a mi madre que me "llevaba a su casa"(ojo que no era mi abuela),
Este familair me propuso la opción de formar parte de un grupo cupacional, teorico-práctico, del cabildo, para los caminos reales. Le dije que sí, sin ningún tipo de comentarios. Fue una opción, nunca una obligación. Pasé en las lagunetas seis meses de mi vida. los mejores casi. Bajaba a la capital los martes para asistir a una terapias y los fines de semana para estar en casa. Ni puedes imaginarte, Domingo, la rapidez con la que me recuperé y me integré en la familai, en le curso, con amistades... ni caido del cielo me hubiera tocado también. Claro que, la cosas se complica cuando yo decido ir a unas tertulias de personas mayores(hombres-mujeres). El vocabulario empleado por aquellas personas era realmente desconocido para mí. No entendía nada. Continuamente, Domingo, comentaba a mi tía que me tradujese aquel lenguaje. Ella lo hizo con una gran naturalidad. Mas cuando llegué a la capitla nadie parecía entenderme. La gente me miraba un poco rara. Yo había interiorizado tan profundamente aquella forma de hablar que casi no utilizaba la forma práctica y diferente de la capital. ¡Ahora si que tenía un problema, y realmente grave!
Pero, bueno, Domingo, esto viene a cuento por lo mucho que significó para mí tu escucha, aunque fuese de forma ficticia. Hoy soy feliz a mi manera, y por supuesto, tú y María seguís en mi mente y en mi corzón.

        Te regalo este abanico, Domingo, porque me gusta hacer regalos personales a personas, o amigos ficticios que han sido importantísimos en mi vida, en mi recuperación. GRACIAS

      M.Mercedes Rodríguez Perera

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Sensibilidad a flor de piel


   Aquella flor majestuosa, delicada, presente en mis momentos difíciles, angustiosos, de pérdida de papeles.
      Aquella flor que parecía envolverte en su presente, en su escucha, en su fortaleza, en el momento vida de cada instante... en su profuenda  timiedez.
     Por las mañanas, la miraba atentamente, como cuando miras a alguien que admiras con todas tus fuerzas, que mucho te gusta.
   Esperando de él/ella alguna respuesta que cambie tu estado anímico...
Un día, corté aquella flor, sabía que no le quedarían muchos días mas de vida. Que se pondría mustia, tal vez algo incómoda...
   Aunque la duda me llevaba a pensar que quizás aceptara su destino. Quizás entendiera su proceso de vida  del adiós. Quizás  fuera feliz a su manera. ¡Yo no lo sé!
    Mas yo no he de juzarla, ni penalizar un proceso que no entiendo.
Mas yo cortaba la flor cuando ella estaba en su máximo  esplendodor. Me la ponía en el pelo y paseaba con ella cual reina en palacio. Intentando inmortalizar su perfume.
     Bueno, algunas veces pedía permiso a mi abuela. Otras, pues no. Me volvía algo escurridiza al respecto. Mi abuela cuidaba y mimaba muchísimo su pequeño jardían. Ella miraba sus plantas, sus flores, cual señora acude a una terapia.
    Sí, parecían reconfortarla, dar le vida, ilusión, fuerza y, sobre todo muchas esperanzas, y muchísima paz interior, la cual buscaba en sus últimos años con total inquietud.
        -¡Oh, abuela, estoy aquí!
        -¡Despierta!
M.Mercedes Rodríguez Perera

martes, 17 de diciembre de 2013

La manzana


    Casi me convierto en Eva, y a mis miedos en Adan.
    Aquella manzana de tan sabrosa tesitura.
      Tan delicada piel, tan jugosa en sus adentros...
   Y digo yo que peco, quizás, por que la encontré en el momento oportuno, en la necesidad de apreciar lo jugoso entre todos los furtos apetecibles en aquel preciso instante tan peculiar...
     ¡Tú!
  ¡Quién lo diría! ¡Cuánta magia, sin olvidar el poco ruidoso coqueteo!
      ¡Cuán sabroso su interior! ¡Qué ecuánmime parece ser su alma!
    Mas no digo mas, puesto que, el encanto se le escapaba por los poros de su piel  y la ternura de su avispada alma.
   
      ¡Hay que ver cuanto da de sí una manzana!

           Desde un punto de vista religioso se estigma a la manzana como tentadora, causante de momentos de disfrute personal, grupal... que supuestamente llevan al pecado.
          Mas un dios que se niegue a que las personas disfruten de sus logros, de sus momentos privados, públicos, pues no sería del todo ético.
        La vida está para sacar de ella el mayor partido posible....

    Se peca cuando...
         Se hace daño moralmente, éticamente, físicamente a una persona.
         Cuando te roban algo que te pertenece por méritos propios, algo que es tuyo, fruto de tu trabajo, o de un bien, que por las causas que sean, alguien ha querido que esté en tus manos.
          Cuando la burla llega ahondar el corazón mas fuerte del universo, haciéndole caaer a un vacío infinito. Sin luces, sin sombras-guía. 
       Cuando lo grato se vuelve ingrato.
            Cuando el dolor no cicatriza y te es difícil volver al camino, trabajar tus sueños, creer en la esperanza. Sentir que tienes muchos derechos por estar vivo y que alguien, algunas personas cuidan de ellos. Puesto que, ese es su cometido. Y en la ética está el respeto al trabajo, a la honradez, al saber estar y a disfrutar sin hacer daño a nadie. Simplemente, por que te lo puedes permitir y sería absurdo que lo dejarás escapar por penitencias que no vienen a cuento...

        ¡Oh, caramba con la manzana!

     M.Mercedes Rodríguez Perera

lunes, 16 de diciembre de 2013

La magia de unas botas


   Caminante en ruta
  A veces el camino cambia de nombre, y estas botas ficticias ya están cansadas de tanto trote... empiezan a dudar.
    Caminante a la espera, en la duda andante. Caminando ante la mortificante duda de la incertidumbre, a veces, de lo absurdo.
  Imaginas estar en alta mar. A ti que no te gustan ni el mar ni los barcos. Interiormente tu barco emocinal, sensitivo, poco transitable, empieza hacer aguas...
    _¡Qué hacer!
  Estas fuera de lugar, en un ámbito que no conoces, que no entiendes y que te envuelve sin tu querer, sin apenas ser consciente de ello.
   Sientes que vas dirigido a un abismo, un lugar inhóspito que, por momentos forma parte de tu ser, de tu existencia mas vital.
     Dicen que ser positivo algo ayuda..
  Y yo, al igual que un surfero trato de mantener el equilibrio, rozar la calma, visualizar tierra firme. Aunque sea en las profundidades de mi mente. Me siento atada de pies y manos, y el horror vuelve, nuevamente, a pisarme los talones. Se presenta una escapatoria realmente difícil, mas de una auténtica necesidad...
    He de seguir respirando, sintiendo mi respiración interior-exterior (dicho ejercicio te va liberando, casi sin que seas del todo consciente, de una ansiedad en punto de partida)
    Posteriormente sale el sol y divisas tierra firme.
  Jamás, nunca jamás volveré a embargarme en lagunas infinitas que me envuelvan cual papel en un momento de furia huracanada.
   No sabes como ni por qué pero vez la luz. Un ápice de luz que abre el camino, que indica varias salidas al exterior de tu aparente agonía. Todo ha parecido un sueño, un torturador sueño que se ha colocado en tus adentros. Mas sabes que estás fuera. Vuelve de  nuevo la ruta, el camino se ve a lo lejos. Tu mente se fortalece, tu calma experimenta sensación de paz, dulzura, alegría...
    Quizás ahora tengas algo que contarte a ti mismo, al mundo, a tus seres mas allegados.
  Tal vez hallas aprendido una lección magistral. Un camino mas para mostrar al mundo vida.
      Ahora empiezas a valorar la esencia de tu ser, lo difícil que ha sido la ruta. Lo fuerte que te puedas llegar a sentir. Ahora eres mas libre que nunca. Quizás mas auténtico... ahora eres diferente y aunque la experiencia haya sido impactante sigues siendo tú mismo. Con varias lecciones aprendidas, con varios momentos transmitidos al mundo.

      M.Mercedes Rodríguez Perera

viernes, 13 de diciembre de 2013

La isla donde me perdí, y a la cual siempre regreso para encontrarme.


   Aquella isla interior que me atormentó mil veces, que me hizo reír a carcajadas, donde encontré el amor a mí misma y a los otros. Momentos de mucha ausencia cuando las puertas se cerraban y no concocía el camino de vuelta a la vida, a la ilusión, a la esperanza, al juego de los niños/as.
    Incluso el aislamiento brutal puede hacerte perder la orientación personal, social, física... a veces no hay salidas, aparentemente. Aunque un trabajo constante, repetitivo, renovado, innovado... puede hacer brillar tu vida. 
     Quizás si te encierras en ti mismo/a puede ocurrir que vayas perdiendo todo lo que, externamente para ti, puede tener un valor  incalculable. Puede ayudarte a compartir penas y alegrías, a motivarte una vez mas. Lo importante, quizás sea, no perder el tren de la vida. Ese tren que pasa pocas veces, y mas díficil aún es reconocerle.
    Aquel camino en la que meto, casi sin ser consciente de ello, la pata mil veces. Mas un impulso interior me invita a intentarlo muchas veces mas. Será la euforia del momento, tal vez la necesidad de lograr dichos objetivos. Algo te dice que ello es importante, necesario en tu ruta.... casi inconscientemente intuyes que te hará feliz, muy feliz...

     Vivir en una isla puede resultar asfixiante. Te acomodas muchísimo el lugar. Mas a veces, parece que te falta el aire. Te preguntas que habrá, realmente, fuera de estas siete islas. Auunque los medios para informarte pueden ser muy buenos.... sientes que no has sentado la cabeza en ninguno de ellos.
    A veces te sientes cautiveria de tu persona y entorno... ¡qué ocurre! no lo sabes a ciencia cierta. Quizás te falte alguna información algo olvidadiza de tu entorno.

         Mas a veces sientes que has de hacer la maleta y arrancar muy lejos, donde el espacio, la gente, el ambiente, la cultura, el clima, el terreno en sí.... te hagan sentir cómoda, alegre, divertida, responsable...
    Dicen que un cambio de ambiente no le viene mal a nadie. Ni aprender idiomas tampoco.
Pero no veo yo la posibilidad cercana de que ello sea toda una realidad.

                 Mas muchos sueños están fabricados para que tengan salida en la fábrica de sueños.

                       M.Mercedes Rodríguez Perera

jueves, 12 de diciembre de 2013

El cenicero


    Parece amable, coqueto y hasta disponible...
       Cigarros, cigarrillos y puros que se sienten cómodos ante un cenicero donde reposar momentáneamente, dando casi un respiro al señor/a fumadora.
      La atmósfera que envuelve al fumador se vuelve prácticamente irrespirable. Claro que los señores/as fumadores no parecen ser conscientes de ello. Tal vez, observen la humacera como bonitas nubes que se acoplan unas a otras con garbo y mucha gracia.


       Cigarro que se posa en el cenicero. Parece hecho a su medida, a su espera y a su necesidad...
Luego viene alguien mas que se suma al circulo casi intocable de los fumadores. Parece entrar como quien no rompe un plato, mas los que estamos ahí salimos de dicha habitación casi en una situación de desahucio. Nosotros/as si que hemos roto muchos platos y los que qudarán por romper.
    Tal vez alguien hable de educación en el hablar. Mas yo comento que, a parte de ser educados en el hablar, pues se ha de hacer en el respeto a los otros, en el comportamiento y, no tanto en la frivolidad.
    
   M.Mercedes Rodríguez Perera

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Dicen que la miraba con la sonrisa y le sonreía con los ojos


   Una sonrisa bien amueblada, bien colocada en su sitio, bien estudiada, con saber estar... dicen que es un paladar exquisito ante una cena muy formal, con roles incluidos...
    La mirada puede transmitir alegría, tristeza, entusiasmo, sensibilidad, puede ser cortante, incluso agresiva... mas quedémonos con lo bonito, bello e ingeniosa que puede ser una mirada.
    Con la boca y con los ojos podemos expresar mil contenidos diferentes. A veces, a nosotros mismos se nos puede escapar algo más de lo que queramos transmitir, comunicar...
    Dicen que conjuntar ojos y boca para transmitir un mismo lenguaje puede ser un trabajo francamente difícil.
   Dicen que hay miradas que rompen y que hasta el cirujano más experto, no consigue llegar a indagar donde empieza su partida, donde se perdió y cuando volverá a encontrarse (bueno, esto algo exagerado sí que es).
     Mas a veces, el alma puede alzar el vuelo y dejar al descubiertos todas y cada una de las artimañas entre la boca y la mirada. ¡Algo intrusa tuvo que haber sido ese alma!
    ¡Bueno, ella es así!...

M.Mercedes Rodríguez Perera

A veces, en la sencillez de una persona, en su intuición innata, y en sus avispados momentos... se encuentra la respuestra más sencilla, que para otros pueda ser la más complicada. No siempre es cuestión de leer en libro abierto.

M.Mercedes Rodríguez Perera

martes, 10 de diciembre de 2013

¡Tejas!


  ¡ Uy, las tejas de la casa de campo de mis abuelos!. Me atraían muchísimo. Las miraba y remiraba cual asombrado regalo de la casa. Me gustaba su color, su textura... su forma-fondo. Todo en ellas me gustaba. Cuando me iba de casa de mis abuelos pues me despedía de ellas. Cuando llegaba, las miraba por si se les había ocurrido, en algún momento de despiste, olvidarse de mí.
    _Siempre hacía un stop en mi camino para obsevarlas cual devoto/a a una imagen cautivadora y casi sublime.
   -Pero a veces las tejas se ruedan y parecen olvidar la esencia de tu yo particular. En fin, que se te va la olla, que te descompensas sin una razón que lo justifique... que alguien, aparentemente, te abandona en una ruta desconocida por ti, mas pareces estar mendigando la vuelta a casa. 
   _No parece que tu tiempo, tu espacio, tu norte mas particular esté, realmente cuadrado. Sin maletas mentales, sin un lugar de acogida, te pierdes encaminos, en lagunas infinitas. Sientes que algún día encontrarás el camino. Tal vez, el camino te encuentre a ti. 
    _En medio de un ruido infernal donde tienes que calzar la esperanza para que aguante un poquito más. _Siempre esperas que el regreso será posible. Ello te motiva, te activa mil sonrisas a la par...
   _Luego piensas en las tejas de la casa de tus abuelos. Unas tejas que no siempre guardan su turno en el camino. Que a veces porducen algún que otro ruido, puesto que, normalmente hay algún intruso en sus adentros. Pero sabes que dichas tejas son cuidadas, se sustituyen cuando no estan cumpliendo su labor fervientemente. 
   _Es entonces cuando yo miro mi interior y la soledad no me pisa los talones. Pienso que yo puedo inmortalizar esas tejas con alguno de mis dibujos abstractos. A lo mejor ellas no saben lo mucho que yo las he querido. Mas me siento querida por muchas personas, puesto que, he puesto gran parte de mi interior al descubierto. 
   _Mas no me importa, empiezo a respirar y casi por primera vez he sentido latir a mi corazón. Estoy, soy, me siento presente.
     _La vida ha vuelto a reconquistarme, claro que ella me ha pedido, exigido, que me esfuerce al ciento por ciento de mis posibilidades.
   _ ¡En fin, todo sea por el amor a esas tejas que alumbran mi camino y despiertan mi curiosidad!.Quizás también por una buena causa.
        
         Dicen que todos tenemos un motor vida que hemos de poner en marcha. No siempre lo descubrimos y caminamos a ciegas... pero hay algunos profesores que entienden mucho de luces y sombras.

     Así, pues...
       
     M.Mercedes Rodríguez Perera

lunes, 9 de diciembre de 2013

El reloj donde quizás perdiera mi norte


   Si, quizás así fuera....
      _Tal vez, olvidé lo importante del tiempo. De mi tiempo personal, de aquel tiempo que tanto me gustó compartir y hoy queda en la memoria, cual pasado encajonado en un blog de notas.
    _Tiempo que necesito para mí misma. Para que no me toreen las inclemencias del día a día y me vuelva abstracta a lo importante y necesario que para mí es coger, agarrar, no dejar que el tiempo, en el momento presente, se te escape de las manos, de tu razón de ser, existir...
    _Tiempo que trato de inmortalizar, mas me resulta imposible. El tiene su propio ritmo, su propio espacio, su saber estar... no suele esperar por nadie. Es algo así como que va a lo suyo.
     _Tiempo que a veces toca en mi puerta, cubriendo mi necesidad, abrazando mi alma, calmando mi ansiedad. Mas yo sé que el tiempo pasado no vuelve... mas yo estoy aquí en un tiempo que puedo manejar, disfrutar, jugar, torear a mi antojo. ¡Sí, por que me pertenece!
    _Hoy soy consciente de la importancia del tiempo en cada momento. Mas sé que ello no lo olvidaré jamás. Aunque también me cosnta que no soy ni siervienta, ni señorona del tiempo. ¡Abrase visto!
¡Cómo se me escape lo cogeré con un cazamariposas rosa y lo zarandearé por caprichoso y exigente!
    ¿Lo harías!
        ¡Pues claro que sí!

  M.Mercedes Rodríguez Perera

jueves, 5 de diciembre de 2013

Un caza mariposas


   ¡Oh, un caza mariposas!
       Algún casa mariposas tuve yo en mis andaduras en el campo. Sí, en casa de mis abuelos maternos. Pues yo muy contentita con mi caza mariposas a ver si pescaba algunas de ellas. No sé si es que yo no sabía manejar menudo artefacto, o tal vez, las mariposas ya estaban algo mas que acostumbradas al cazamariposas. 
     Cuando el cansancio me podía, pues me sentaba en una piedra que fuera cómoda y, me limitaba a observarlas. A veces hasta sueño me entraba de tantas vueltas y tanto zarandeo. Llegué a pensar que ellas eran mas habilidosas que yo. 
       Aunque claro, digerir que eran mas habilidosas.... pues costarme un poco sí que me costó. Las mariposas iban de un lado a otro coquetas a más no poder. Como si hubieran sido invitadas a una cena de gala.
    Tenían su romería particular y a mí ello me encantaba.
Luego, desaprecían de mi vista en un antes u un después poco visible.
    Luego... despertaba por momentos de una ensoñación agradable y me decía:
  ¡A que es bonita la libertad!
  ¡A que si se vende difícilmente se recupera!
   ¡A qué no hemos de renunciar a uno mismo, ya que, perdemos lo esencial de nuestra vida, de nuestro cotizado ser!
    
    Luego se me escapaba una de tantas sonrisas espontáneas que casi tenía que pedir permiso para sentir que eran propias, mías, que me pertenecían...
      Y un adiós suspirante borró el camino....

  M.Mercedes Rodríguez Perera

miércoles, 4 de diciembre de 2013

¡Caramba con mi tacita!


   Aquella tacita multicolor, con la que yo me dejaba seducir de vez en cuando. Me conquistaba su fantasía, lo que ella me hacía soñar, recordar, acunar en mis adentros.
   Bueno, mi tacita para tomar cortados. Luego vienieron los descafeinados(mis nervios estomacales no estaban para mucho salsete). Posteriormente, el té, que me subía a las propias nuves y cuan difícil era bajar de ellas. Luego el agua guisada (las infusiones) las cuales no me resultan muy gratas. Claro que, una tacita de leche caliente donde sumerjo una bolsita de infusión a mi gusto, pues me sabe a gloria. Actualmente he vuelto a los descafeinados que uno tiene que amar su salud antes que un buen café que sabes destroza tu estado nervioso.
   Mas yo tengo mis recuerdos con una tacita en las manos a media tarde, cuando el frío calaba en los hueso. Sí, estando yo en el campo.  Mi abuela solía darme agua tibia, tirando a caliente, No hablo de infusiones, aunque es verdad que sí que tenía variedad de infusiones. Pero era el agua tirando a caliente, sin ningún tipo de aditivos, lo que mantenía mi cuerpo caliente. Y los sudores hacían que mis cachetes se pusieran super rojos.¡Caramba con esta abuela, estaba en todo!.
   Sabes, yo tengo muchos recuerdos bonitos, sobre todo con mis abuelos, con personas próximas a la familia que han calado en mí muy hondo. Mas también hay otros muy tristes. Los muy frescones parecen quedar anidar en mí por muchísimo tiempo. ¡Ojo, que yo no les dejo que lo hagan! Si estos recuerdos tristes se ponen severos, dudosos al marcharse. Pues mas dura me muestro yo. Que con tanto entrar y salir en distintos momentos de mi vida, pues he aprendido a torear mil mas una situaciones diterente.¡Claro que no siempre gano!
     En estos días me quedo con el recuerdo grato y maravilloso con mis abuelos, con la paz que se lograba en su hogar, con mis buenas relaciones con ambos. También me quedo con los fuertes abrazos que daba a mi abuela nada mas llegar a su casa. Abrazos que me eran correspondidos de igual manera. Mis abuelos y otras muchas personas que marcaron mi vida, positivamente, están en mi corazón. Dándome lecciones de auténtica vida. Levantando el timón de mi barco y marchando lejos sin mirar atrás. Mas la conciencia tranquila de no haber dejado deudas pendientes... hay muchas formas de marchar, y muchas formas de estar estancados en el mismo sitio. Sí, aunque se viaje frecuentemente, a muchísimos lugares diferentes.

   ¡Dicen que la vida sorpende!
        ¡Ojo, ni muy alto, ni muy bajo!

       M.Mercedes Rodríguez Perera

martes, 3 de diciembre de 2013

¡Uy, aquél columpio!


    ¡Cuánto deseaba subir a cualquier columpio de cualquier parque!
        Tenía unas inmensas ganas de subir al columpio. Mas siempre dejaba que fueran otros/as quienes subiesen primero. En cuanto a grupo, pues se supone que, por educación mal entendida, los demás debían expresar su opinión antes que yo. Es decir, mi opinión, según mi entender, valía un cero a la izquierda. No tenía ningún valor. Mi timidez de niña, de adolecente... era extrema. Mi sentido de orientación, rozaba casi el menos infinito y un sin fin de cosas que me convencieron que valía poco menos que un papel mojado. 
    Por eso soñaba, ansiaba ser parte de ese columpio, volar tan alto como pudiese, sentir la respiración, tomar contacto, hasta cierto punto, con las alturas. Ante todo disponer de un tiempo que fuese mío, para mí solita.
   Mi madre tenía la costumbre de cuidar al sexo femenino tanto, que prohibido estaba ir al parque, relacionarte con niños/as. Se convirtió en una especie de guardaespaldas. Cuando salíamos por ahí y algún chico me decía algo se ponía super fueriosa, super nervisosa. No sabía si colocarse delante de mi, o detrás, quizás a la derecha o izquierda. Lo único claro que pretendía conseguir es que yo no viese a tal intruso. Según ella, ni un instante. Sí, hasta que pasara la tormenta. Yo estaba anonadada. Un tanto de lo mismo ocurría con los médicos. Era ella, a pesar de tener edad para hablar con el médico de mis dolencias, pues quien le decía lo que me pasaba, desde cuando me pasaba y un sin fín de cosas mas (algunas de ellas no me parecían ser nada correctas). La medicación, a veces la controlaba ella. En fin, que si el médico decía que tomara una caja de un determinado medicamento, ella considerada que superado los síntomas se suspendía, automáticamente la medicación, y lo restante del medicamento se aprovecharía para otro momento. En fin... bueno, pues mi madre estaba como cazador en la madreguera. Controlaba prácticamente todo. El cuidado en su hija era lo primero, su pulcritud, su pureza... en fin, estoy yo para rezar rosarios.
   Salir de la bobanca en la que me convertí me costó una barbaridad puesto que, modelos a seguir no tenía ningunos.
    Hoy me siento libre, en pleno vuelo. Me ha costado muchísimo separarme emocionalmente de la dependencia brutal que mi madre ejerció sobre mi persona. E ironías del destino, soy yo quien cuida a mi madre, señora ya bastante mayor.
    Pero... he tenido la oportunidad de abrir los ojos, de aprender a separar las cosas,de arriesgar en algunos momentos, de tener una cierta templanza. Apostar, primeramente por mí. Colaborar con todas aquellas personas que quieran ser ayudadas por mí. Salir de dicha situación fue super difícil. Hoy doy las gracias por haberme liberado de multitud de ataduras. 
    Dicen que nunca es tarde para dar la vuelta a la tortilla. Claro que, sin un esfuerzo importane la dichosa tortilla se puede quemar y quedar inservible. Agradezco a todas aquellas personas que en distintos momentos han estado a mi lado, me han hechado un cabo. Que sepan que no les olvido y que la vida está hecha de infinidad de detalles.

       M.Mercedes Rodríguez Perera

lunes, 2 de diciembre de 2013

La bipolaridad, un acompañante en mi vida.


    Soy bipolar es algo que tengo asumido y ello me ayuda muchísimo. La bipolaridad está relacionada con la variación de forma exagerada del estado anímico. La medicación es fundamental. Entender esto y aceptarlo es tener gran parte del camino recorrido. Por supuesto, aceptar la bipolaridad, tomar la medicación que te ha recetado tu siquiatra y aprender de los momentos de descompensación, pues son vitales para tener una buena calidad de vida a la cual todos tenemos derechos.
   Para mí la bipolaridad es un compañero imaginario que se cuela en mi vida, sin pedir permiso, en plan fiestero, con las maletas hechas para ocupar, sin ser invitado, un espacio vital en mi vida. Mas aprendes que esa ocupación de dicho intruso va a ser de por vida. O te amargas, o aprendes a vivir con dicho intruso que, en realidad es una parte de ti, de tu persona, que se a veces se desajusta y, evidentemente, te arrastra a su terreno. En un estado de alerta, de descompensación, te puedes sentirte la mujer/hombre mas feliz de la tierra. En realidad puedes estar viviendo un estado de euforia brutal y continuada que te deja cansada/o, exhausto. No eres dueño de tu persona, de tus actos, mas aun  así puedes considerarte el hombre/mujer mas feliz, mas fantástico de la tierra.... (supongo que muchos/as me entenderán)
     Volver al reino terrenal del tu a tu, de la convivencia compensada, del trabajo diario, puede resultar difícil, francamente difícil. Es ahí cuando se supera muchas veces el tope de lo establecido, donde la medicación entra a formar parte de nuestras vidas. Es necesario parar esa descompensación brutal que está acabando con nuestras vidas aun sin ser conscientes de ello. Hemos de valorar muchísimo la medicación y la relación con el siquiatra cuando los síntomas puedan no ser agradables. Desde aquí mando mi agradecimiento a salud mental por el esfuerzo y trabajo que hacen con muchos de nosotros. Un hurra a la investigación en todos los campos de la salud.
   Aceptar la bipolaridad es apostar por nuestra salud. Piensa que esa parte de nosotros mismos que se subleba, llegando apoderarse de nuestra persona, es aquella que, cómodamente va a formar parte de tu vida, incluso, sin no te cuidas dirigir y gobernar tu persona. Va a estar contigo en la bueno, y en lo mano. En la salud y en la enfermedad. Todos los días de tu vida te guste o no te guste.
    Algunos signos inficativos de que va haber "mojo con morena". Es decir, que se asoma un temporal, algo no controlado, pues puede ser la droga, el alcohol, un estrés continuado, noches sin dormir,la cafeína, la cola. ¡Así, pues cuidado con todo ello!
    También la bipolaridad puede manifestarse como una depresión de caballo, un sin vivir teniéndolo todo. Una no valoración de aquello que para tí era algo prioritario. Hay un verdadero sufrimiento y puede desencadenar en un suicidio si no se trata adecudamente con medicamentos y aprendemos a poner un mucho de nuestra parte.
    Pasada la tormenta hasta podemos reírnos de nosotros mismos.
Buscamos la integración social,  familiar, el estar bien con nosotros mismos. Así pues, hemos de ponernos en marcha.
   Entiendo que no es cómodo ni adecuado decir que somos bipolares. Podemos perder nuestros trabajos y un rechazo social y afectivo incluso de los mas allegados, que no nos lo merecemos.
     Si te caes te levantas y sin pensarlo mucho. No son las caídas lo que nos hacen fuertes. En realidad lo que nos hace fuertes es el trabajo personal que realizamos para volver, lo antes posible a estar en condiciones de realizar las tareas que llevábamos antes. 
      Si no quieres, no lo comuniques a la sociedad, al mundo en general. Mas tú jamás olvides quien viaja contigo y con quien has de hacer las pases o negociar sí o sí. (es bueno que, algunas personas de confianza y que te quieran conozcan el trastorno bipolar que padeces). Dichas personas te pueden ayudar muchísimo en momentos en los que tú pierdes totalmente el norte. ¡suerte! ¡quíerete! ¡valorate!¡aprende!
     No renuncies a estar bien, a estar compensado, a tener derechos, a ser libre a la hora de actuar. No olvides que en esto tiene  muchísimo que ver la medicación.

      M.Mercedes Rodríguez Perera