Señora de un monumento, de distancias infinitas. De su alegría y su dolor. Solo los momentos conocen de sus andanzas en un mar abierto. Donde la luz de una luna, quebraba mil juramentos.
Señora de un monumento, de distancias infinitas. De su alegría y su dolor. Solo los momentos conocen de sus andanzas en un mar abierto. Donde la luz de una luna, quebraba mil juramentos.
ResponderEliminar