Donde la luz era inmensa. Los momentos gratos. Las tertulias esperadas con especial dedicación. Y el verdor de los árboles. La vida en su amplitud. En sus dulces caricias. En su razón de existir.
Donde la luz era inmensa. Los momentos gratos. Las tertulias esperadas con especial dedicación. Y el verdor de los árboles. La vida en su amplitud. En sus dulces caricias. En su razón de existir.
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