¡Cuántas veces la soledad agrieta nuestras almas!Mas hemos de sacar lo mejor de nosotros mismos. Aquella luz que se ha de avivar con la esperanza, con la ternura del que bien sabe hacer las cosas. Y en el camino, el agua de la vida, el pan del transeúnte y tú rondando a la vida.
¡Cuántas veces la soledad agrieta nuestras almas!Mas hemos de sacar lo mejor de nosotros mismos. Aquella luz que se ha de avivar con la esperanza, con la ternura del que bien sabe hacer las cosas. Y en el camino, el agua de la vida, el pan del transeúnte y tú rondando a la vida.
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