Implicados, en ocasiones, hasta la saciedad. Donde ciertas acciones se pueden ver como un juego, y traer consecuencias indeseables. En algunos casos, los adultos, pueden, supuestamente, utilizar a sus propios hijos. En ocasiones, se puede llegar demasiado lejos, y ya no hay vuelta atrás. Las cartas se pueden considerar echadas. Pagando, en ocasiones, culpables e inocentes. Los hijos nunca se ha de convertir en una moneda de cambio. Se puede pagar francamente caro.
Implicados, en ocasiones, hasta la saciedad. Donde ciertas acciones se pueden ver como un juego, y traer consecuencias indeseables. En algunos casos, los adultos, pueden, supuestamente, utilizar a sus propios hijos. En ocasiones, se puede llegar demasiado lejos, y ya no hay vuelta atrás. Las cartas se pueden considerar echadas. Pagando, en ocasiones, culpables e inocentes. Los hijos nunca se ha de convertir en una moneda de cambio. Se puede pagar francamente caro.
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