La maldad suele engendrar odio, rencor, mal rollito.

  Hay personas sumamente crueles. Se pueden alimentar de tu dolor o el dolor de otras personas. Ello parece satisfacerles bastante. Incluso pueden hacer una fiesta de determinadas situaciones dramáticas. Quizás no entiendan que todo tiene un precio. Tal vez el precio a la humillación, a la explotación, al dolor ajeno provocado, pueda ocacionarles una gran indiferencia. Mas todo llega. Se dice que es cuestión de tiempo. Probablemente, la forma insaludable de actuar de algunas personas les lleva, sin ser conscientes del todo de ello, a un gran vacío emocional, afectivo, personal. Quizás huyan de sí mismos. Vivan perdidos en una atmósfera absorventes. Pienso que la felicidad no está en sus vidas. Menos aún el camino para encontrarla.

   M.Mercedes Rodríguez Perera