_Aquéllas que no terminé de decirte.
_Las que me robó el viento descaradamente¡Oh, pero qué fresco!
_Las que olvidé caprichosamente para no hacerte daño.
_Las que laten en mi corazón y en mis sentimientos y las guardo como un tesoro muy especial.
_Aquéllas otras que están fuera de lugar.
_Las palabras que inventé para sorprenderte.
_Las palabras dudosas, incluso hirientes que no supe torear adecuadamente.
_Las palabras escritas con un mensaje muy particular.
_Aquéllas que son exclusivas y se cuelan en los intervalos de mi lenguaje.
¡Oh!¡Oh!¡Oh!
M.Mercedes Rodríguez Perera
¡Cuántas palabras podemos utilizar para un solo mensaje!¡Qué difícil puede ser utilizar las palabras claves, las mas necesarias y urgentes!¡Qué bonito es el lenguaje emitido por el don de la palabra!¡Cuántos contenidos capaces de emocionar un alma o prestar una atención casi infinita!¡Pero qué me dices!
ResponderEliminarCasi empecé a gestionar mi mundo particular antes de empezar hablar. Ya tenía un lenguaje muy particular y poco inteligible antes de aprender a escribir. Ya entendía de cuando una persona era buena, agradable, comprensiva, y de cuando la persona era egoísta, incómoda, cruel, despota, humillante... y casi, casi no tenía adquirido un lenguaje mas o menos inteligible. ¡Pero qué cosas te pasan!
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