Una carta a dios...

   -¡Oh, dios!
   -¡Te has fijado cómo está el mundo!
   -¿Te has percatado de las guerras físicas, emocionales que se esparcen más allá de un universo?
             -¿Cómo es posible que no hagas nada ante tal situación?
        ¡Qué yo no hago nada!
    -He tocado mil veces más una en el corazón humano, pero parece ser que muy pocas puertas me quieren abrir. Son puertas para la paz, la protección de los derechos humanos, la justicia, la amistad, la lealtad, el respeto, la solidaridad, la unión de las personas con ganas de construir un mundo mejor, mas justo, más habitable, mas respirable...

         -Tal vez, el alma-sentimiento; el alma humanidad; el alma compañerismo; el alma autenticidad... no quepa en una escala de valores un tanto pasada de moda. Quizás algunas personas se hayan vuelto algo insensibles... muriendo todos un poco de sed...

      -Ya te he dicho que dios no es un ser tan poderoso y que sin un equipo-ayuda, colaboración... pues la situación se complicaría muchísimo.

 Dios habla al corazón del ser humano, a sus sentimientos mas nobles, a su esencia personal. No entiende de políticas, de clases sociales, de razas, de ideología, del color de la piel...

      Entiende de capacidad para escuchar, de comunicar pausadamente, respetando al compañero-a...

          Quizás dios comentó un día...
       -"Lázaro, levántate y anda"
           -Quizás ese día fui yo la que no quise estar ahí...
         -A veces pasan estas cosas... el compromiso suele ser francamente difícil.

                       
              M.Mercedes Rodríguez Perera