Ay el amor. Tal vez cojea bastante. Puede presentarse como la ilusión de un despertar. El camino hacia la esperada felicidad. Un regocijo del alma...
Pero... a veces, sin un cómo ni un por qué... se transforma en áridos desiertos. Momentos de soledad infernal. Vacíos sin respuestas ni contenidos.
A veces hay que dejarle partir para verlo desde una cierta distancia, que nos ofrezca una mayor visión del contenido, una aptitud más imparcial y más verosimil.
Hay momentos en los que se hace necesario dejarle partir, por que reconstruir lo roto puueda arruinar nuestras vidas.
Hay que aprender a quererse un poquito mas y sobre todo no caer en el dicho que un nuevo amor sustituye y con creces al anterior. A veces pensar así te puede llevar a un pozo sin fondo. Ojo pues.
Se ha de buscar un tiempo para pensar, olvidar, restablecer nuestro equilibrio fisico-emocional.
A veces caminamos totalmente a ciegas. Es importante canalizar nuestras emociones, abrir y tantear el terreno abonado para posibles relaciones fructíferas y con contenido.
Caer en la decepción es algo así como matar la esperanza
Vivimos en un mundo que camina tan deprisa que... tal vez... y solo tal vez, lo que he comentado pueda estar en puro desahucio.
¡Por la vida, la esperanza, las relaciones saludables... por ti y por todos nosotros!
Mercedes
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