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viernes, 18 de mayo de 2012

¡Uy,pero como cuesta ser sincero-a!

 A veces cuesta muchísimo ser sinceros. Vivimos en la sociedad del camuflaje, del todo vale...
Sí, del mañana será otro día.
No creo que sea positivo dejar de ser personas auténicas.Aunque realmente siento que con la sinceridad dejamos nuestras defensas a flor de piel y nos pondríamos realmente malitos.
¿Sabes!... a veces hasta el señor doctor-a le cuesta sincerarse con sus pacientes.
Pienso que el mal rollo de la mentira piadosa está cuando llegas, verdaderamente, a creerte todo lo que has inventado. Tal vez dejas de ser tu mismo y te conviertes en un extraño amigo compañero.
Mucha gente prefiere camuflarse ante muchas situaciones de la vida. Unos por necesidad, otros, tal vez...por obligación solidaria. Puede ocurrir que un comportamiento hipócrita se transmita genéticamente. Es decir por herencia de unos y otros.
Entiendo que no todo el mundo tiene un caparazón excesivamente fuerte para sincerarse consigo mismo-a, quizás también con los otros y... ello puede llevarles a rozar o invadir su armazón protector... pero la vida es un tanto mágica y a veces nos desvela sus hechizos. Volviendo a darnos la manos a la libertad, a la verdad y, como no, al factor vida...
Mercedes

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