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viernes, 21 de septiembre de 2012

La comunicación...

-Que bonito es comunicarse. Aprender a comunicarnos con nosotros mismos y con todo un universo.
-Qué bonito es sentir vida interior y aprender a transmitirla mas allá de toda frontera.
-Que ilusión el despertar cada mañana con un sueño hecho realidad, en buena compañía y con una sonrisa abierta por bandera.
Que difícil puede ser entender a los niños-as. Cultivar una paciencia para la cual a veces no hay tiempo. Prisas para llegar al trabajo, prisas en el ámbito familiar, prisas en el terreno amistad... sabes que, a veces parar estos momentos en los cuales nos olvidamos de nosotros mismos, pues puede resultar excesivamente caro. El precio no siempre es económico... a veces hemos de renunciar a momentos importantes para conquistar otros momentos igualmente importantes. ¡Te has cuestionado si conoces, verdaderamente, a tu hijo, a tu hermano, a tu padre, a tu pareja... ! Y el tiempo no se compra, no se vende, aunque si es verdad que pasa facturas de infarto...

       Los niños son el futuro de nuestra sociedad. Con semillas capaces de ser sembradas para dar futuros frutos necesarios en el sostenimiento de la humanidad. Los niños tienen, en general, carisma, sentimientos, emociones... pero también tienen muchas necesidades vagando en su interior y exterior. No siempre nos percatamos de que están ahí o nos necesitan. Ellos sí que suelen percatarse de muchas cosas. Normalmente siempre hay prioridades antes que dedicarles un poquito de nuestro tiempo...

  ... A veces, les perdemos y un mundo de porqués viene a nuestra mente. El por que estuvo tan presente, tan cercano, que ahora solo nos pueda quedar el cumplimiento de que la marcha no lleva consigo, necesariamente, la vuelta, el encuentro.

   ¿Qué nos faltó?

      Probablemente el respeto, la acogida, la presencia, el abrazo, la comunicación, el diálogo... a veces se puede recuperar parte de lo perdido. Para ello se necesita un esfuerzo, trabajo común. Y sobre todo aprender a convivir en la cercanía y en la aurora del despertar nocturno.

         M.Mercedes Rodríguez Perera

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