-¡Oh, ahí viene la señora timidez muy altanera, muy doña suprema!
-No sé que se tendrá entre manos. No sé que tendrá en su mente. Por cierto, tiene su espectro muy amueblado.
-Va con un radar última tecnología para que no se le escape ni el último de la fila.
-Suele intimidar a los indecisos.
-¡Si te digo yo que esta señora timidez hasta barre con la audiencia!
A veces podemos pensar que la timidez grave, límite, es un espejismo. Quizás piensas que con romper el cristal de blanca nieves puede romper con todo el hechizo de la señora timidez.
-¡No sé que te diga!
-¡Ojo, que la señora timidez lleva en su persona un ordenador ultra sonido!
-¡Ni una mosca en su sueño mas sensible pasa por ella desapercibida!
-Un equipo de soldados profesionales anda investigando como tratar a ese especímenes que los tiene a todos un tanto acobardados.
-Yo les digo: ¡Pues a plantar le cara! ¡Que para señora ella , pues señores, señoras nosotras!
-¡En fin, siempre cae alguien en sus mágicas redes de araña!
-Pero... el que aprueba la lección, el que aprende de manera comprensiva y dinámica todo su contenido, está pero que muy lejos de sus radares ultrasonidos- supersonicos.
-Bueno, eso es lo que pienso yo...
Bueno, quizás no resulte cómico ironizar con la timidez. Se que existen muchas personas que la padecen. Yo fui una de ellas. Por suerte para mí conseguí desprenderme de semejante situación anulante y enfermiza. La timidez te roba libertad. La timidez te impide tener relaciones de pareja saludables, casi como que te cuesta muchísimo acercarte a una chica-o y en menos que canta un gallo como que se te queda muda la garganta. La soledad que se sufre ante ella es realmente grande y a veces, no encuentras las herramientas suficientes y necesarias para sobreponerte. Para ganarle la partida. Puedes necesitar ayuda... pero, la respuesta mas importante ante tal necesidad está en tu interior. ¡Suerte!
M.Mercedes Rodríguez Perera
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