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viernes, 18 de enero de 2013

El despertar de una flor...

-¡Sabes?...
    Desperté un día en la mañana.
      Descubrí un sin fin de recuerdos.
 Algunos de ellos un tanto tormentosos.
 Intenté rebuscar entre mil mas una ausencias particulares.
 Busqué mas allá de tu mirada... anhelaba mas allá de tu sonrisa.
        Cuando ya casi me despedía... aprendí a nadar en un mar de luces, de estrellas abismales...y, más allá aún, descubrí el ansia de un mar ya no tan tormentoso, no tan avaricioso y... bastante más en calma.
   ¡Oh, que cosas pueden pasar en las profundidades de un ser!

         

           M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Reconozco que me gusta tener vida privada. Claro que como me he vuelto tan parlanchina, pues no sé si la privacidad se habrá ido a sus apocentos. Lo que si tengo claro es que, en mi vida no he tendio prácticamente nada. Las relaciones familiares nunca han sido buenas. Y tener ciertos derechos... pues debajo de la almohada. En fin, así es la vida. ¡Pero hoy me agarro muy fuerte a la vida!

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