Alzheimer

Alzheimer

   Esta palabra casi como que produce escalofrío. Algo prohibitiva en nuestras mentes.
     He conocido a dos personas cercanas que han padecido o pueden estar padeciendo alzheimer.
 Una de ellas muy cercana a mí. La cual me ayudó en momentos importantes de mi persona. Momentos en los que yo estaba emocionalmente y físicamente al límite. Rozando el abandono total. Ella me cogió del brazo, le comunicó a mi madre que me llevaría con ella y con su familia y... arrancó en ese preciso instante conmigo hacia su casa. Lugar donde empecé a salir de dicha situación a pasos verdaderamente acelerados. Confió plenamente en unas posibilidades mías que nadie veía ni con lupa muy aumentada.
   Mujer luchadora, constante, alegre, sencilla, humanitaria...
      Un día descubres, por uno de tantos azares de la vida, pues... que dicha persona está cambiando. Que se pierde en tu mirada, que está muy abstraída, que sus comentarios ya no son tan coherentes...
   Y una flecha atraviesa tu alma de impotencia, incredulidad, desesperanza.

¡Qué hacer!...
     ¡Que hacer ante alguien que se paró en el camino! Se perdió en alguna señalización no comprendida del todo. Que se quedó atrás y tu no te percataste de cuando se inició dicho proceso de perdida...
¡Cuánto hubiera aprovechado esos momentos de conciencia, de lucidez ampliada, para decirle tantas y tantas cosas!...

    Claro que, no es momento de lamentaciones.
A veces... pasan estas cosas y la rebeldía, la obstinación pueden llevarnos a una situación de bloqueo, de desenfreno.

   Bueno, es importante que las aguas tormentosas se calmen.
Estar ahí es ahora lo importante (no todo el mundo puede hacerlo, ni se les ha de culpabilizar por ello).

 No dejemos nunca de valorar a dicha persona, aunque el tren camino vida, le haya abandonado a miles de kilómetros de una ruta distinta a la nuestra.
 Pensar que tiene sentimientos, aunque tal vez no pueda verbalizarlos.

Patalear no da respuestas a una situación inminente.
 Es importante tener una actitud de cercanía, de adaptabilidad hacia esa nueva situación.
Sí, aunque ella o el no nos puedan hablar debido a su incapacidad.
¡Pero yo sé que está viva-o! No ha de importarme su deterioro mental en la medida que pueda y se me permita estar ahí.

  Conclusión
     La vida está llena de momentos sorpresa, inesperados, de pura incógnita.
     Vive el momento presente, el tuyo, el que tienes ahora.
      Los momentos pasados pueden ser positivos en cuanto experiencia-aprendizajes. Ojo, también pueden ser momentos trampas.
      No te cuestiones demasiadas cosas, no la juzgues, no busques mil por qués que no te conducen a ningún lado.

    Vive...
El momento presente
Lo mejor de ti.
Lo que sientes y quieres compartir.

     Permite que la vida te suelte de la mano, caminaréis a la par, cada uno su ruta particular. Tanto en la distancia como en la mas dulce cercanía.  Gracias

        M.Mercedes Rodríguez Perera