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martes, 26 de marzo de 2013

Aquél crucifijo...


   Para asumir la naturaleza humana.
     Sus momentos buenos, malos, sufridores, inquietos y hasta atrevidos.
Aquellos momentos en los cuales un dolor físico, siquico, era capaz de traspasar la quietud de un alma.
   Aquellos momentos en los cuales ese dolor, el nuestro, pudo parar  nuestra propia respiración por un segundo que aparenta ser toda una eternidad.
    Acaso, tal vez...  parar nuestra propia vida.
Apagándose la distancia entre lo real y lo imaginario.
    Mutilando al verdadero amigo-a. Sin ofrecerle, ni por un momento, el acercamiento a nuestro lado.
       Negándonos a ver la luz, la ilusión, el despertar, la sonrisa, nuestro senderismo-vida.
Probablemente esa luz estuviese ahí, junto a nosotros, en nuestro camino despertar... a veces somos ciegos e ignorantes ante tanta ceguera.
    Pero siempre hay oportunidades para alzar nuestra mirada al cielo, cautivar nuestros corazones, despertar a la ilusión, al juego de la mañana- despertar. En definitiva, a la vida en su máximo esplendor y jubileo.
    Pensar quizás en un dios que también es senderista. Caminante de caminos. De dulces momentos y agrietadas lágrimas.
       Un dios que asumió su abatimiento en la soledad más suprema.
 Una búsqueda que pareciera no encontrarse nunca.
    ¡Y el encuentro!
         En cualquier lugar y condición, en el calor de un grupo, de una familia, de los amigos, de una pareja...

Cuando la soledad se convierte en infierno... solo un trabajo grupal concienciado, pueda, tal vez, convertir tierra de secano en fértiles prados muy fructíferos. Claro que la participación personal es super importante.
    No permitas que tu vida sea soledad infernal, inviernos devastadores, ausencia de luz en tu vida, en tu alma, en el día a día.

    ¡No lo permitas!
Tu vida está para ser vivida, alimentada, a merced de ti mismo-a.
   Que nadie apague esa luz, ni permita que se apague del todo.
¡Búscate a ti mismo-a!
      Quizás dentro de ti, y en la mas estrecha cercanía del otro-a, otros-as, pues esté la respuesta que llevas mucho tiempo buscando.
    No pierdas tu vida, es tuya, te pertenece... no la conviertas en un basurero... recíclate y serás feliz..

   ¡ Suerte!
       M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. ¡Cuando miro aquella cruz! Símbolo de un sufrimiento límite. También de un camino de vida, de lealtad hacia ti y hacia los otros. Cruz abatida por el dolor, pero ligada a la vida, a la lucha personal, social, a la superación. Respuesta encontrada en nuestro interior... no rehuyas a tu libertad,a tus encuentros... gracias por tu huella.

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  2. Quizás lleves una cruz en tu cuello. Sin entender del todo su significado. La cruz simboliza muchos momentos de liberación, de antiguas ataduras que hoy tienen un significado positivo. Quizás el significado que tu quieras darle. Un cruz que simboliza que la vida no ha sido nada fácil. De alguna manera no estas solo-a en semejante andadura... sin saberlo, alguien camina junto a ti. Dando lugar a esa bombona de oxigeno necesaria para subsistir...

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