_Y rondó en silencio las penas de su ansia.
_Despertó momentos que siempre olvidaba.
_Jugaba a ser libre y perdió mil batallas.
_Topó con un muro que le leyó mil esquemas casi indescifrables.
_¿Será la lucha su enigma?
_¿Será tu voz el sendero que enderece su agonía?
_¿Agonía o aflicción?
_Pues no sé; quizás ya me haya perdido.
Yo no era consciente que necesitaba ayuda siquiatrica. Además mi padre me amenazaba de forma continuada en internarme en un siquiatrico.Ello creo un estado de ansiedad en mí máximo. De ahí mi dificultad grandiosa en comunicarme con los distintos siquiatras que he tenido. y lo lento en la recuperación. Dicen que el miedo paraliza y a mí me dejó petrificada. Pero hoy tengo fe en los siquiatras. gracia
ResponderEliminar¡Cuántas batallas hemos perdido!Cuántas hemos ganado!Quizás la batalla que nunca hemos de perder sea la de nuestra identidad, principios,ética, saber estar, responsabilidad... La vida es un excelente campo de batalla. Todos estamos en ella y todos hemos de luchar por aquello que aspiramos, deseamos. En una batalla hay guerra y paz. Quédate con la satisfacción del trabajo bien hecho. Y con las personas que quieres y te quieren ¡Afortunado-a!
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