Translate

miércoles, 4 de diciembre de 2013

¡Caramba con mi tacita!


   Aquella tacita multicolor, con la que yo me dejaba seducir de vez en cuando. Me conquistaba su fantasía, lo que ella me hacía soñar, recordar, acunar en mis adentros.
   Bueno, mi tacita para tomar cortados. Luego vienieron los descafeinados(mis nervios estomacales no estaban para mucho salsete). Posteriormente, el té, que me subía a las propias nuves y cuan difícil era bajar de ellas. Luego el agua guisada (las infusiones) las cuales no me resultan muy gratas. Claro que, una tacita de leche caliente donde sumerjo una bolsita de infusión a mi gusto, pues me sabe a gloria. Actualmente he vuelto a los descafeinados que uno tiene que amar su salud antes que un buen café que sabes destroza tu estado nervioso.
   Mas yo tengo mis recuerdos con una tacita en las manos a media tarde, cuando el frío calaba en los hueso. Sí, estando yo en el campo.  Mi abuela solía darme agua tibia, tirando a caliente, No hablo de infusiones, aunque es verdad que sí que tenía variedad de infusiones. Pero era el agua tirando a caliente, sin ningún tipo de aditivos, lo que mantenía mi cuerpo caliente. Y los sudores hacían que mis cachetes se pusieran super rojos.¡Caramba con esta abuela, estaba en todo!.
   Sabes, yo tengo muchos recuerdos bonitos, sobre todo con mis abuelos, con personas próximas a la familia que han calado en mí muy hondo. Mas también hay otros muy tristes. Los muy frescones parecen quedar anidar en mí por muchísimo tiempo. ¡Ojo, que yo no les dejo que lo hagan! Si estos recuerdos tristes se ponen severos, dudosos al marcharse. Pues mas dura me muestro yo. Que con tanto entrar y salir en distintos momentos de mi vida, pues he aprendido a torear mil mas una situaciones diterente.¡Claro que no siempre gano!
     En estos días me quedo con el recuerdo grato y maravilloso con mis abuelos, con la paz que se lograba en su hogar, con mis buenas relaciones con ambos. También me quedo con los fuertes abrazos que daba a mi abuela nada mas llegar a su casa. Abrazos que me eran correspondidos de igual manera. Mis abuelos y otras muchas personas que marcaron mi vida, positivamente, están en mi corazón. Dándome lecciones de auténtica vida. Levantando el timón de mi barco y marchando lejos sin mirar atrás. Mas la conciencia tranquila de no haber dejado deudas pendientes... hay muchas formas de marchar, y muchas formas de estar estancados en el mismo sitio. Sí, aunque se viaje frecuentemente, a muchísimos lugares diferentes.

   ¡Dicen que la vida sorpende!
        ¡Ojo, ni muy alto, ni muy bajo!

       M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. Una tacita para reír, para acomodarnos a los recuerdos, para compartir, para soñar en que todo es posible si la ilusión y el trabajo personal no decaen. Una tacita para mirar al cielo y dar las gracias. Una tacita tomada en el mas absoluto silencio. Donde a nadie se le escapa el motivo de tal actuación. Una taza para ti...

    ResponderEliminar
  2. ¡Y un día se me rompió la tacita! Yo pensé que se me acababa el mundo. Pero estaba muy, pero que muy equivocada. Ya que, los recuerdos mas bonitos, mas intensos, mas divertidos, mas gratos, más auténticos... se colaron en mi mente y en mi corazón. Solo se rompió la superficialidad de una taza que podía ser sustituida por otra en cualquier momento. Pero lo que mi primera taza me transmitió viaja conmigo,,, y me hace feliz. Sí, aunque ya no pueda sostenerla en mis manos... cosas de vida. Supe reconocer la auténtica taza, y eso no fue nada fácil.

    ResponderEliminar