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lunes, 23 de diciembre de 2013

Una carta sorpresa a María


    Hola María, soy Mercedes, espero te acuerdes de mí. De vez en cuando me apetece escribirte algunas cartas personales, esperando sean de tu agrado...
 
      Sabes,María, a veces me pasan algunas cosas que no dejan de sorprenderme gratamente. En este caso te comento que se trata de dos niños pequeños, pertenecientes a la familia y vinieron a mí con el tema "locura". Uno de los niños, ambos muy cerca de mí, pues le comentaba al otro que yo estaba loca. El niño que recibía el mensaje pues comentaba que loca no, que realmente yo estaba loca, loca loca. Todo ello en medio de continuas carcajadas. Era verdaderamente digno de ver, puesto que el diálogo era entre niños pequeños. Luego el del siguiente turno le comentaba
que yo, su tía, estaba pero super loca. Todo ello dentro de un ambiente de carcajadas sin fin. Te comento que yo también me tuve que reír porque todo aquello se desenvolvía dentro de un panorama que rozaba lo cómico. En fin que, cuando se hartaron de decir y repetir lo loca que yo, su tía, estaba... pues yo los observé a ambos... y descubrí:
      _Unos niños pequeños que lo habían pasado genial con el tema de la locura de su tia Mercedes.
      _Unos niños que seguían en el mismo sitio donde comenzó la situación cómica, graciosa a cerca de la locura.
      -Unos niños que no tuvieron ningun miedo de seguir junto a mí, a mi lado.
      _Unos niños para los cuales el tema "locura"no tuvo ningún tipo de connotación negativa.
      _Unos niños que, para nada cambiaron la actitud que anteriormente tenían conmigo. Una actitud de cercanía, de respeto, de seguridad, de juego, de confianza...

         Luego llegué a la conclusión de lo importante que es tener en cuenta a la persona cuando se la juzga, se la critica, o se intenta estigmatizar (no es el caso de estos dos niños, por supuesto)
Me llamó la atención la actitud sencilla, no dramática de estos dos niños que parecían pasarse la pelota continuamente entre ambos.¡Parecían pasarselo en grande!
   Para nada había ídea de prejuicios en estos niños. Conocían perfectamente a su tía(Mercedes) y supieron mirar a la persona con la que ellos se solían relacionar. Lo demás parecía parecerles solo un juego sin consecuencias negativas de ningún tipo.

      A veces, los mayores, sin ser conscientes del daño que hacemos nos dedicamos a estigmatizar a muchas personas sin acercarnos a conocerlas. No somos conscientes que la vida es un bumeran que devuelve aquello que hemos repartido a los cuatro vientos.

    Así pues, hay que tener mucho ojo, puesto que los niños son imitadores, a veces perfectos, y el daño que hagamos a otras personas, nuestros niños, aunque sea de forma inconsciente nos lo devolveran.

      Sé que puede resultar muy difícil educar. Bueno, pues empieza por observar. El camino se hace andando. Andando encontramos las respuestas.

       Bueno, Maria, me despido de ti. Una amiga ficticia a la que escribo una parte de mí. Sí, aunque ella no me lo pida.

        M.Mercedes Rodríguez Perera

3 comentarios:

  1. Hay personas que comentan que los niños son muy crueles. Observa a ver que es lo que te demandan. A veces puede ser una sed insaciable de compañía, de cariño, de ser tenidos en cuenta. De aprender a educarlos. En el caso de mis dos sobrinos y el famoso tema de la locura, yo observé que aquello era un juego divertido para ellos. Luego su actitud fue la de siempre: cercanía, diálogo, juegos... bah, igual que siempre. ¡Hasta yo me tuve que reír!

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  2. Este texto que habla de dos niños pequeños(mis sobrinos),hablando de lo loca que estaba su tía, Mercedes, pues es verídico. Mas yo aprendí una lección importantísima. Por una parte, la naturalidad con la que hablaban estos dos niños a cerca de la locura. Por otra parte, lo muy por encima que estaba el cariño, el respeto, lo muy contentos y cómodos que estaban conmigo. Sí te digo que aquello fue algo realmente impresionate, pues no dudes de que es verdad. Mercedes.

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  3. Los niños son personas que si se les educa correctamente dicen las verdades a los cuatro vientos, con la mayor inocencia y sinceridad del mundo. Mas a veces se mete en sus mentes ideas opuestas, contradictorias, que ni ellos mismos entienden. Los niños tienen derecho a vivir su inocenica. Los adultos(aunque sean sus padres) no tienen derecho a invalidar dicha inocencia que es un tesoro inmenso en su proyección futura. Un besaso a todos los niñso. Especialmente a mis dos sobrinos que me hicieron pasar un rato super divertido.

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