Masacre yihadista en París

  Realmente esta masacre ha sido todo un sin sentido. Una violación unánime de los derechos humanos. Me ha parecido ser una actitud de venganza de los yihadista a Paris. Mientras las agresiones sean plato de primera mesa difícilmente podemos hablar de paz, de libertad bien entendida y encauzada. Paris vela a sus muertos. Personas inocentes que no han de sentirse culpables de estar donde estaban. Los lugares de matanza fueron elegidos libremente por muchísimas personas para estar ahí celebrando distintos acontecimientos. La actitud de París, de su gente, al intentar comprender una situación que realmente no tiene justificación, intentando despedirse de sus seres queridos, de aquellas personas que sin buscarlo encontraron la muerte violenta y sin sentido en distintos lugares de Paris. No se ha de devolver la misma moneda a dichos personajes que casi parecen salidos de una guerra sin fin, sin tregua, sangrienta fisicamente y animicamente. Aparentemente vacíos en su estilo de vida. Es la solidaridad, el respeto hacia los otros, el predicar con un buen  ejemplo lo que realmente nos hará personas a la altura de muchas circunstancias. El dolor y la crueldad no se pueden apagar en un abrir y cerrar de ojos. Es el paso del tiempo, la colaboración de otras personas, de otros paises, de otros continentes quienes  realmente nos va hacer grandes como seres humanos, como personas con derechos propios.

     Trabajemos por la paz, por la unidad, por el recuerdo de esas personas fallecidas sin un antes ni un después que lo justifique, mas un recuerdo de lo mejor de cada una de esas personas que estuvieron simplemente pasando un buen  rato. Recordemos lo mejor de todos ellos para que dicho recuerdo nos haga personas fuertes, con madurez, con el entendimiento necesario para no jugar con esa sucia moneda. En general, respetemos las culturas y la forma de pensar y de ser de otras personas del mundo entero. Un puñado de personas crueles no representan a todo un país que quizás viva aterrorizado por la propia guerra, por un sin vivir que sí que les ha tocado vivir por pertenecer a esa tierra, a esa cultura, a esa forma cruel a la cual quizás hayan sido sometidos a vivir. Luchemos por un mundo solidario, libre, vivo en intensidad. Trabajemos para que los niños de todos los países puedan darnos lecciones de vida, de lealtad, de comportamiento bien avenido. Apostemos, principalmente por los niños. Ellos son nuestro presente y nuestro futuro. Ayudémosles a creer en la paz, apostar por la paz, por la comunicación, por la lealtad, por la solidaridad...

    M.Mercedes Rodríguez Perera