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viernes, 7 de junio de 2013

Cuando se pierde la confianza


      Cuando perdemos la confianza en los otros, en nosotros mismos... un bajonazo se produce en nuestra escala de valores. En la valoración que tenemos a cerca de nosotros mismos, y, por supuesto, el respeto hacia los otros.
    Quizás te hayas planteado que hay personas que no se merecen ningún tipo de respeto por su comportamiento. Siempre hay que dar un margen de confianza al otro-a, por que arrieros somos y caminantes de caminos. Pero es verdad que a veces, nos fallan personas en las que habíamos depositado casi un ciento por ciento de nuestra confianza, de nuestra fiabilidad en dicha relación. Claro que... si dejamos de apostar por nosotros mismos y por la confianza en su conjunto, pues... realmente seremos nosotros los que hayamos perdido batallas muy importantes. Tal vez dignas de tener en cuenta.

     Yo he sido una persona muy reacia cuando se me han hecho muy malas jugadas, incluso desprecios y faltas de respeto sin una justificación clara que viniese al caso. Sin embargo, mi actitud en su momento fue de rabia, desolación e incredulidad... Pero, el tiempo y la experiencia personal, las experiencias de personas mayores que son libros andantes en cuanto a filosofías vida transmitida, pues ello me ha llevado a la conclusión, que el momento de rabia, de impronta, de desolación, ha de durar lo menos posible, por que lo que suele ocurrir es que, el camino cambie de sentido y me haga, sin ser consciente de la situación, un daño irreparable...

     Ante dicha situación se hace urgente...

         Que no nos afecte de forma inmensa la situación non grata. Tal vez, sea aquella parte que nos ha hecho tanto daño, la que debiéramos agarrar con fuerza y levantarnos lo antes posible.

         Una vez tomadas nuevamente las riendas de nuestra vida... entender que el odio, la agresión, la maldad nos lleva a convertirnos en personas igualmente non gratas, no deseadas. Y es esa situación a la cual no queremos llegar.

   Buscar la paz y la armonía personal, y social, es un buen engranaje para que nadie nos robe, invada lo mejor de nosotros mismos.

   El equilibrio es un punto central de la persona. La persona que consigue mantener o recuperar parte o todo su equilibrio, descubrirá que ello es un tesoro que no tiene precio y que si lo trabajamos nos regalará multitud de satisfacciones.

      Hay situaciones difíciles de equilibrar, mas ahí está en funcionamiento la fortaleza personal y la gratitud de aquellas personas que nos respetan y que son respetadas por nosotros. Es ahí donde me debo agarrar sin miedos ni coacciones. 

      Aprender a retomar el vuelo puede ser francamente difícil. Pero la sensación de libertad, superación, estabilidad... no te la puede arrebatar nadie si has conseguido ser dueño de tu persona, de tus sentimientos, de tus buenos y malos momentos.

      Sin embargo, algo ha tener en cuenta consiste en que jamás hemos de rendirnos a la hora de apostar por otras personas que puedan llegar a nuestras vidas ¡Oye, que la sabiduría completa nadie la dispone!

          Mas desde mi punto de vista... una buena relación conmigo mismo, sin que exista una relación grupal, pues es incompatible y, tarde o temprano el comportamiento huraño, gruñón... nos pasará facturas de escándalo.Tanto a nivel orgánico como psíquico. Por que la rabia nos comerá por dentro y por fuera. Mas el equilibrio bien conseguido nos transformará en personas llenas de paz, de confianza, de buen rollo.

      M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. La confianza es fundamental en todo tipo de relaciones. No es cuestión de ir cabizbajo y humillarnos nosotros mismos. Se hace urgente levantar el vuelo. Entender que ello es posible. Por si fuera preciso, no despedir a todo indeseable, puesto que, los podemos necesitar en algún momento vital. Claro que, guardando distancias.
    Sonríele a la vida y ella te sonreirá.

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  2. La pérdida de confianza te puede convertir en una persona helada. Sin un sentir ni un padecer. Entiende que debes creer, principalmente en ti. Busca siempre un momento para la positividad, para alzar tu mirada y arrancar las veces que sean precisos. Si puedes colaborar a que otras personas tomen un rumbo alegre, divertido, justo... abras realizado una labor que te envolverá en una paz y alegrías infinita... adelante.

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