Translate

viernes, 21 de junio de 2013

La muerte


   ¡Oh, la muerte!
        Unos tiritan de frío ante ella. Otros... la abrigan,tratan de agarrarse a ella cual camino de sosiego ante turbulencias mentales, desajustes en el amor, ante la perdida de un trabajo, ante un mundo que se les desmorona.
          La vida lleva, en su carro protector, como compañera de viaje, a la señora muerte.
   La muerte se puede sentir como algo drástico, dramático, hiriente hasta la saciedad....
         ... Mas al caminar en la andadura vida, podemos encontrar a la señora muerte en cada paso, en cada tramo de nuestros caminos.
               Unas veces tal vez se nos manifiesta cautelosa, casi no se hace notar.
        ... Mas vida y muerte son conceptos y esencias inseparables. Amigas del alma, compañeras en una misma ruta.
                   Quizás en nuestro recorrido-vida, hallamos matado la inocencia, la ingenuidad, la libertad en su máximo esplendor.
                 Quizás nos cuestionamos:
         ¿Por qué muere un niño-a?
         ¿Por que ha muerto aquel ser al que tanto amabas?
         ¿Por que la muerte visitó a un ser humano en su incipiente juventud?

      Es difícil dar una respuesta que calme tu dolor, el mío, el de muchísimas personas.
   Pienso que es importante aprender a despedirse de estos nuestros seres queridos. Su recuerdo en los momentos sobre todo gratos han de ser digeridos como una forma diferente de estar junto a nosotros. De acompañarnos en momentos difíciles. Podemos verla como un apoyo emocional que es super difícil descubrir y ello nos hace mas tormentosa una despedida.

         Es importante pensar que en la mayoría de los casos no pudimos hacer nada ante tan tremendo desenlace. No muramos con esa persona. Utiliza su fuerza en los recuerdos positivos, para alzar el vuelo. Tu camino está a la espera. Hay un camino hecho para ti, para compartir, para transmitir, para ser transitado...

                 Desde el momento en que nacemos deberíamos concienciarnos  que muerte-vida caminan a la par. Forman parte de una trayectoria prácticamente única.

            Se ha de aprender a nacer las veces que sean necesarios. Aprender a vivir, aprender a llorar, a sentir, a seguir nuestro camino con la conciencia que no caminamos solos y son las buenas relaciones, las que pueden sanar una herida y conseguir que continuemos en ruta. Sí, con una bandera universal en alza y una identidad propia que nos identifica.

     M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. Vida y muerte. Compañeros inseparables. Alzando el vuelo juntos. A la vida se la recibe con brazos abiertos. La muerte es algo así como la segundona. Aquella que tenemos que saludar por compromiso. Nos cuesta entender que la muerte nos pisa los talones. Cual detective privado y casi sin dejar datos. Aprendamos a vivir la vida y asimilar la muerte como compañera en el camino.

    ResponderEliminar
  2. Solo las personas que hayan tenido experiencias muy fuertes o vivencias bastante dramáticas...aquellas que buscan un descanso en una muerte que les pueda saber a un helado super exquisito... Pienso que esas personas dulcifican el sentido de la muerte. Lo ven como una continuidad del camino vida. Nunca como algo dramático que te devora al menor descuido. Perder el miedo a la muerte no significa buscarla en rincones. Mas bien, se aprende de ella, se la conoce... no es tu enemiga. Está ahí...

    ResponderEliminar