Translate

viernes, 4 de octubre de 2013

Aquél reloj...


    Un tanto atrevido.
      Quizás algo estricto
  De vez en cuando, exigente
    Cuando le apetece es cordial.
Mas cuando yo tengo prisas... el parece dormirse en laureles.
   ¡Claro que es una opinión super personal!

        Bueno, a veces soy super repetitiva, mas hay situaciones, momentos hielo, que marcaron mi vida, mis días a la espera...
     Se suponía iba a pasar unos días con los abuelos. Tal vez una semana. Mis padres y hermanos me recogerían el siguiente sábado. ¡Estupendo!...
         Todos los días preguntaba a mis abuelos que me avisaran al llegar el sábado. Mi inquietud se hacía notar. Podría ver a mis padres y hermanos que marcharon hacía poco tiempo...
        Pero como quien dice una semana, pues sabe contar hasta dos, hasta tres semanas, y algunas mas.... mi decepción personal hacia mi familia iba en aumento. ¡Cómo me hacéis esto a mí!...

        Los sábados, las interminables semanas, los ya incipientes meses... bueno, que mi abuela y yo nos sentábamos en un banco todos los sábados a las seis de la tarde, permaneciendo a la espera... pero pasaban algunos cuantos sábados y ni aparecía el coche de mis padres y nosotras dos(mi abuela y yo) como dos paparotes mirando la carretera y casi aguantando la respiración... a la espera de que un determinado coche llegara hasta nuestra casa... no siempre acertábamos conseguir nuestros objetivos. Luego nos mirábamos media cortadas y comentábamos que ya no vendrían a vernos... esto puede resultar gracioso. Mas para mí fue algo decepcionante. A veces llegaba mi familia a casa de mis abuelos y mis hermanos ni me besaban, ni jugaban conmigo... era evidente que una marcada distancia se estaba estableciendo en nuestros caminos-vida.

      Con el tiempo aprendes a separar las cosas y a vivir con lo que realmente tienes a tu alcance. En concreto el cariño, el respeto, la comprensión, el diálogo que tenía con mis abuelos. Algo al que yo, al principio, no le di demasiado importancia. Mas al pasar del tiempo entendí que humanamente, desde el ámbito de fortaleza, dulzura, comprensión, apoyo... era muchísimo mas de lo que podía haber recibido en toda mi vida. Me apoyé en ellos en multitud de ocasiones. Tuve la suerte de que mi abuela, Severa, era muy avispada y no paraba de darme lecciones, consejos, formas de actuar... al principio me dije: ¡"Vaya con la abuela"!. y hoy, al pensar en ella le doy un gracias infinito. Puesto que su legado viaja conmigo y... a través de mí, recorre muchos caminos de vida, de superación, de arranque físico-emocional...

       Gracias abuelos, Jacinto y Severa, porque desde hace un tiempo estoy trabajando todo lo que de vosotros aprendía y me ha hecho, a mi entender, muy especial. Soy feliz a mi manera y eso es algo de lo que puedo presumir. El futuro es muy incierto. Mas sin presente no hay futuro. Si dejas escapar el presente... una gran parte de ti, no vivida, quedará, realmente incompleta. No dejes escapar tu presente... no te va a esperar toda una vida.

            M.Mercedes Rodríguez Perera  

3 comentarios:

  1. A veces no somos consciente de personas cercanas a nosotros, cuyas experiencias, su cercanía a nuestro mundo, sus lecciones de vida... van marcando nuestros caminos, nuestra forma de actuar, de sentir, de hacernos respetar.... estas personas han convertido nuestras vidas en verdaderos campos frutales donde el aroma y la fragancia viajan juntas.¡Gracias!

    ResponderEliminar
  2. Cuando tu familia legal, guarde una gran distancia entre un miembro de la familia y los demás miembros. Esto puede provocar ausencias infernales. Puedes pensar que... si tu le sobrabas no tenían por que aguantarte. Sí, puesto que, entiendes que hay familias adoptivas, que si te darían todo el cariño a manos llenas. Pero, muchas veces, ni se como ni se deja comer. Evitando los excesivos bloqueos mentales, que pueden producirse por distintas causas. En fin...

    ResponderEliminar
  3. Yo fui una persona incomunicada desde un ámbito afectivo, intelectual, de la comunicación en el día a día. Mi peor situación... abrir la puerta de la calle y ver gente. Viví un infierno como pocos se viven. Un día empecé a hablar, a comunicarme, nada parecía tener sentido. Mas me dije... cualquier cosa antes que la incomunicación. Luego, gané la batalla. Hoy quizás hable demasiado...

    ResponderEliminar