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jueves, 3 de octubre de 2013

Añoranzas...


   Añoranzas...
      Se añora lo que se quiere.
        Lo que pensaste nunca perderías.
Se puede añorar en la cercanía y en la distancia...
   Se añoran los momentos gratos vividos.
     Aquellos que fueron luces...
       ...También los que fueron sombras que nos indicaron el camino a seguir...
    Se añora cuando él/ella, ellos/ellas, no están presentes... mas fueron importantes en nuestras vidas. Quizás su recuerdo sea super doloroso.  A veces sus experiencias, sus momentos compartidos... caminan junto a nosotros. No siempre somos conscientes de ello.

      Casi sin querer, empezamos a valorar aquello que nos llenó emocionalmente, lo divertido, y, a veces, también, ciertas incongruencias que nos pudieron parecer la mar de divertidas.

     Es entonces cuando... la añoranza puede dar un sentido positivo, neutral a nuestras vidas...

A veces, nos despistamos volviendo al momento presente

      ¡Sí, eso es buena señal!

Nunca te olvides de vivir el momento presente. Construye tu propio esquema de rutas diferentes, de momentos que, a día de hoy, sí puedes cambiar. Vive tu vida presente porque te pertenece. Sí no lo haces, no te quejes de que alguien surcó tus caminos, tus ilusiones, y además es feliz con algo que no le pertenece. No todo el mundo te va a decir que arranques multitud de veces... tal vez un día alguien se olvidará de comentarte lo. Quizás sea entonces cuando te apetezca escucharlo y ponerte en marcha. Tal vez ya sea demasiado tarde y... vivas de ilusiones proyectadas que jamás podrán ver la luz... en fin, cada persona sabrá el porque de sus caminos...

         M.Mercedes Rodríguez Perera

4 comentarios:

  1. A veces las añoranzas parecen detener nuestras vidas. ¡Ojo, el coche- vida lo conducimos cada uno de nosotros/as. Que nadie te robe lo que te pertenece. Lo que te has currado a conciencia. Vive que... andando se llega a multitud de partes. Lo que es tuyo es tuyo y, nadie ha de apoderarse de ello basándose en tu timidez, en tu dejar pasar las cosas... Hay cosas que solo pasan una vez. ¡Piénsatelo! La libertad está al alcance de quien bien la maneja.

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  2. Añoro el mar... mas no voy a la playa. Añoro el campo, el olor a tierra mojada... rara vez voy al campo. Añoro viajar... pocas veces he viajado. Añoro a mis abuelos maternos... físicamente no los volveré a ver. Añoro muchas vivencias y personas que se fueron quedando en el camino. No todo el mundo es capaz de estar contigo cuando la tormenta se subleva y el huracán rompe todo lo que toca.

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  3. Añoro tu mirada... mas sé que nunca mas volverás a mirarme. Aprendo a vivir la vida, a soltar el freno de mano y a reír por un mundo mejor, mas auténtico. A veces lloro cerca del mar... mas no quiero que mis lágrimas desborden un baso vacío. Añoro una vida mas auténtica, mas simple, mas armoniosa... a veces, te añoro a ti.

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  4. Las añoranzas suelen estar presentes antes de ser avisadas. Se parecen algo a un confensionario. Me desahogo ante ellas cuando mis penas llegan al límite. Siento que ellas calman mi angustia, son amortiguadores ante situaciones límite. También me gusta despedirme de ellas... aunque su presencia, en algunos momentos, son pura necesidad... saben cuando han de marcharse. Ello me gusta.

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