Fotocopiar...

Fotocopiar...

   Pues...

Una esperanza como alimento de muchas necesidades humanitarias, sumidas en la pobreza física y espiritual. A veces, en el abandono más absoluto e infranqueable.

Tal vez...

Un árbol... como símbolo de VIDA. Con todo lo que ello conlleva: su grandeza, su inmensidad, su alimento... su sed.

¡Y si apostamos por una moneda!

   Una moneda... para que no exista el egoísmo, y para que los valores, las actitudes... sean un ejemplo de creatividad solidaria, de compromiso, de libertad comprometida con todo un universo.

¡Y una mirada!

   No, la mirada no se puede fotocopiar. Es única y lleva gravada en su ser todo lo vivido, todo lo deseado... incluso las veces en que el sufrimiento truncó sus esperanzas, sus juegos, sus ilusiones.. y luego... volvió a renacer cual fuente de agua viva.

¿Qué tal una sonrisa!

   Imposible fotocopiar la esencia que transmite una sonrisa. Lo que es capaz de abarcar, de llenar e incluso de sobrepasar. A veces... es capaz de vaciar el alma! ¡Y eso no me lo puedo permitir!

¡Y si fotocopiáramos a la persona en su conjunto! ¿Qué tal?

   Bueno... no lo sé. Pienso que cada persona es única. Cada persona ha de descubrir su identidad, su intimidad mas reservada... tal vez su arco iris más particular.

   No se puede fotocopiar el interior de la persona puesto que, está constituido por borbotones que se transmiten en esencias únicas... donde la cercanía en el tú a tú y en la confidencialidad transparente que surge de ella misma... quizás... de él mismo, da forma y fondo a tus sentidos.

¡Y el amigo-a!

   Pues... tal vez ahí radique el significado vital y esencial del ser humano. Sí, de nosotros mismos . En la confianza plena y segura de que tu amigo-a, convierte tus tormentas en bellos amaneceres.

    M.Mercedes Rodríguez Perera