-La libertad anda escondiéndose en una caja de alfileres. Quizás se pincha un poco con ellos de vez en cuando. Pero aspira a tener magnetismo. A saborear el diseño, coquetear con la aguja, el dedal, y el hilo. Incluso asume la responsabilidad de hacer un patrón con sus creaciones más elocuentes.
-Quizás cuando quieres abrazar la libertad tengas que recorrer multitud de senderos, no todos fáciles.
-Dicen que cuando deseas algo con insistencia y haces muy bien tus deberes... pues el premio puede ser elegir un deseo que se haga realidad.
Aprender en el libro de la vida es francamente difícil. Puesto que, si te duermes tienes que empezar, muchas veces, de cero. Ya que, continuamente se cambian mensajes, normas, códigos... en fin un muy mal rollo.
-La libertad juega también con la esencia personal. ¡Ojo, que también la respeta! No tiene dueño, es sincera, se acomoda ante la necesidad de superación, de conquista, juego...
-A veces, no se la trata bien y, simplemente, deja de estar a tu alcance. Aunque la señora libertad nunca deja de estar presente.
-¡Quizás gafas oscuras!
-¡Quizás gafas multicolor!
Aunque, tal vez, la dificultad no está en la vista.
-La libertad puede absorberte si la buscas con ansiedad, con insistencia, si te la quieres comer de un bocado.
-La libertad siempre está ahí. A veces la descubrimos nosotros-as mismos. Otras, se hace preciso conocer a un profesor-guía que nos la presente. Le gustan las presentaciones. Finura no le falta...
-Suele tener un alto grado de abstracción...
-Bueno, quizás sean cosas mías.
M.Mercedes Rodríguez Perera
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