Llegué a convertir, de niña, a dios, en un amigo, compañero importante. Mi imaginación era infinita y hasta desbordante. Lo sentí importante por que viajaría conmigo hasta el fin del mundo si fuese necesario. Para nada era sirviente, esclavo a mi merced. El tenía su vida y yo la mía. Mas cuando el imposible llegaba a mi persona recurría a él. Es verdad que, imaginativamente, me enfadaba muchas veces con él. Pero era tan grande la fe que había puesto en dicho dios imaginario que, imaginativamente, formaba parte importante de mi equipo. También es verdad que no resolvía todas mis situaciones problemáticas. Mas yo pensaba que tenía unas actitudes, habilidades que debía poner en marcha cuando precisara la ocasión. Mi dios, mi mochila y mi propia persona. Siempre he creído en un dios cercano, atento a necesidades básicas, humilde, justo, amable... ¡Oh, que amigo mas super especial! Sentir cerca esa idea de dios me ha ayudado muchísimo. Probablemente como a muchas personas que tienen sus creencias, su forma de entender el mundo, sus amuletos un tanto particulares...
Mas yo hoy quiero darte las gracias por haber sido tan especial y tan necesario en momentos vitales de mi existencia.
Por supuesto que sé de la existencia de hombres y mujeres especiales. Personas con convicciones sólidas que hacen de sus vidas una forma de continua colaboración y aprendizaje. Da igual su formación, su especialidad, su nacionalidad, su forma de ser y actuar... algo especial les une a todos ellos-as y les compromete con la solidaridad humanitaria
... probablemente todos ellos-as sean especiales por su forma de entender el mundo. Mas yo pienso, aunque ellos no le sepan, que por mi forma de entender la vida, mis convicciones mas elementales y mi cultura particular que tu, de alguna manera, haces algo de magia... sin comentarios.
M.Mercedes Rodríguez Perera
Sé que en estos tiempos que corren pues para hablar de dios hay que esconderse en un bunquer, puesto que, casi se peca con la situación social en la que vivimos. Y si dios estuviera, de alguna manera, motivándote para salir de tu situación y tu, sin entender su mirada, le das una y mil veces un NO por respuesta.Dios es imprevisible...
ResponderEliminarDios, que hubiera hecho yo sin ti en momentos de auténtica necesidad. Cuando carecía de amistades. Cuando ver la luz era un privilegio pocas veces disfrutado. Un dios amigo, compañero, capaz de atravesar una sala de operaciones y darte la mano. Capaz de llenar de flores un alma inquieta. Capaz de mirar y ser mirado. Llegar hasta donde nadie es capaz de llegar... ¡Cómo dar le las gracias! Sé que sigue conmigo y ello nos hace grande a ambos. No sé como pude ser su amiga, pero pienso que él lo sabe.
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