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lunes, 3 de agosto de 2015

¡Ay de aquéllas noches tan tormentosas!


  Aquéllas noches que me tenían tan inquietas. ¡Caramba, con algunas noches de antaño en las que el que no corre pues vuela! Es verdad que a partir de los veinte años, aproximadamente, casi, casi no salgo de crisis, descompensaciones. ¡Bah, que salud mental casi se convierte en una nueva recidencia del día a día! Económicamente casi estaba a ras del suelo por que en mi casa el que no trabajaba fuera de la casa pues no tenía ni un céntimo. Yo trabajaba muchísimo en aquellos tiempos dentro de casa... mas el trabajo de la casa no se cuenta como trabajo para ganar un sueldo base. ¡En fin, a fastidiarse!Solo tenía cubierta la comida y los gastos de la casa. Excluidos normalmente, médicos particulares, ropa, zapatos, viajes... por supuesto, también quedaban excluidas ciertos marathones sicológicos que impartía un siquiatra. Por supuesto el dinero que yo tenía no alcanzaba para todo. (Bueno, por lo menos tengo una habitación donde estar, comida, luz y agua) En fin, cosas peores se han visto en guerras familiares donde cara al exterior se presume de colgar multitud de medallas. ¡Sí, al mérito de qué...! ¡Qué te voy a decir de ciertas noches en mi casa!¡Bueno...! Tengo que decir que ya llevaba tiempo en tratamiento siquiátrico, y, que lo normal es que la mayor parte de mi familia me ignorara al completo. Pues cosas que pasan yo me despertaba demadrugada y mi mente parecía volar años luz. No podía parar la velocidad a la que mi mente circulaba de madrugada. Era imposible pararla. Tenía la sensación, imaginaria, de viajar entre la luz y la oscuridad. Ambas con un movimiento de acercarse y alejarse de mí. ¡Pero vaya paranoia_me dije_!¡Mal rollito-me dicía yo- con mucha frecuencia. Los días eran maravillosos. Estaba compensada, equilibrada, atenta, risueña, con sentido de lo bueno y lo malo. En fin, estaba muy bien durante el día. Por las noches vuelve la misma  retahíla de casi todas las noches. Yo pensé que podía ser fruto de drogas muy fuertes. No encontraba otra explicación. Mas yo  nunca he tomado drogas voluntariamente- me decía una y otra vez. Por supuestisimo tanta alucinación mental me llevaba una y otra vez a un centro siquiátrico. ¡Sí, muy mal rollito!Sin embargo, estas alucinaciones nocturnas nunca me pasarom en ningún centro siquiátrico. No se lo comenté en su momento al siquiatra pues por que no se me ocurrió. No lo tuve en cuenta. ¡Lo siento!¡Sabes, me han pasado tantas cosas dramáticas en la vida que una  tiene que pasar página y tirar pa`lante. Es verdad que hoy soy feliz a mi manera. Me siento una mujer compensada, alegre, divertida, con carácter. La vida te quita cosas y, solo a veces, te regala algunas de un valor muy superior. Soy positiva. Tengo una fe ciega en salud mental y en todo su equipo. Mi actitud ante la vida es de caminante en ruta. Si puedo echar una mano en lo que sea la echaré. He descubierto algunas persona que  sé que están ahí. Me hacen llevar mis caminos con mayor confianza y soltura. Este tema es uno de tantos que he vivido en mi particular recorrido por la vida. Me ha servido de rercuperación, de arranque, de calma, de estabilidad, de estar ahí contra viento y marea. Sé que cuento con muchos de vosotros en mi trayectoria vida. Ustedes también podéis contar conmigo.¡Gracias por estar ahí!

      M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. La vida para un enfermo mental, o una persona con trastorno mental puede ser bien difícil. Es verdad que a muchos de ellos/as les cuesta mentener una compensación positiva, de crecimiento, de agarre así mismos y a la propia vida. A otras personas se nos exige muchísimo mas que a una persona que no tenga discapacidad mental. A veces puede resultar realmente duro.Puede ocurrir que haya personas que intenten aprovecharse de nuestro trabajo ímpunemente, simplemente por tener una discapacidad mental. ¡Realmente injusto, intolerable! Podemos tener grandes talentos en distintas disciplinas y casi, casi nadie le da la voloración que realmente tienen dichos talentos. Yo he tendio mucha suerte. Se me ha escuchado, se me han valorado mis distintos talentos, se me ha ayudado en gran medida cuando lo he necesitado. Mas yo quiero agradecer a la sociedad en general, el apoyo, la disponibilidad, la actitud hacia mi persona. Realmente, os lo agradezco de todo corazón. ¡Mil gracias por estar ahí!

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