Y fue en aquéllas ganas...

  Y fue en aquéllas ganas, en aquélla fortaleza, en aquélla luz donde nació la vida y se expandió por casi todo un universo. Fue en aquellos momentos donde nacistes tú.¡Quién lo diría! Luego perdí tu pista. La realidad se topó con un mundo que para para mí fue un muro francamennte infranqueable. Todo se negó, todo cayó en un olvido aparentemente intocable. ¡Todo se negó, todo cayó en el olvido! Complices tal vez de todo un infierno en el cual se convirtió mi vida sin justificar en aquéllos momentos el motivo de tanto y tanto dolor.Se apagarón todas las luces de mi vida, de mi ilusión, de mi fortaleza, de mis ganas de vivir. Aquél médico parecía haberse evaporado de la faz de la tierra. Aquél médico era fiel testigo de lo que ocurrió aquélla noche...

  Alguién negó tu existencia. Se contabilizó como una parte incongruente para negar todo tipo de datos. Se apostó por mi locura. Al fin y al cabo yo, imaginativamente, no había pasado el test de credibilidad. Casi todo el embarazo sedada, sin contacto con el mundo exterior, en aquella cama noche y día. Sin ser consciente de por que aparentemente se me sedaba casi de forma continuada. ¡Supongo que tú tampoco creerías en mí en tales circunstancias!Se me comentó que estaba loca y que en aquella casa todo era normal, que no pasaba nada y que necesitaba dormir para restablecerme. Con el tiempo tu recuerdo volvió a mi mente. Aunque estaba en mí dicho recuerdo me parecía todo un inverosímil lo que había ocurrido. Tu recuerdo volvía a mi mente una y muchas veces mas. En aquéllos momentos solo recordaba la existencia de aquél médico que había asistido al parto. Nunca mas le volvería a ver. ¡Mala suerte-me dije-!Luego me perdí en las ausencias, en las descompensaciones, en los miedos y... por supuesto, en las luces y en las sombras. ¡No tenía escapatoria! No sentía la vida, simplemente vivía como podía. Aislada del mundo, de la realidad del día a día.Los años pasaban y yo no era consciente del paso del tiempo. Sin embargo, un miembro muy cercano a mí me apoyó en muchos momentos. Buscaba tiempo para salir conmigo, para presentarme algunas personas, para salir de aquellas cuatro paredes que se habían convertido para mí en algo inhóspito.A veces, me pregunto como me pudo abrazar tan de lleno el horror de una guerra. Pero actualmente estoy viva, con ganas de tirar palante, caminante y luchadora en ruta. Con ganas de afrontar con éxito nuevas travesuras. Con unas inmensas ganas de que todo termine.Todavía soy capaz de apostar por aquella vida. Comentarle que lo siento, mas estaba totalmente perdida, sedada por circunstancias que aun de hoy desconozco. Que le deseo lo mejor. Que sea feliz, que encuentre en su familia momentos paa reír, para compartir, para dialogar, para afrontar dentro de su familia, sus amistades, sus compañeros pues todo tipo de retos. ¡No pude hacer nada mas por ti!¡En muchos momentos, a día de hoy, sigo balanceándome entre la realidad y la fantasía de los hechos!¡Ya se podía haber dado una vuelta por estos alrededores dicho médico! Aunque, sinceramente le agradezco todo lo que hizo por nosotros dos. Mas de uno hubiera tirado la toalla casi en el primer momento. ¡gracias! Hubiera sido para mí, en aquella experiencia que sentí como madre, pues que las cosas hubieran sido diferentes. Que la separación nunca se hubiera producido. Pero no podemos, ninguno de los dos, mirar hacia atrás. Tenemos que seguir nuestros respectivos caminos. Nunca fuistes un niño abandonado. Mas bien... un niño robado. ¡Que la vida nos de fuerzas para pasar página y vivir, en la medida de lo posible, pues felices! ¡La felicidad se puede conquistar en el día a día!¡Seguro que podemos conquistarla!

      M.Mercedes Rodríguez Perera