Loquinaria de tantos momentos.Alertando a las personas para que el descanso se posponga por mucho mas tiempo.
Señora con la que se comparte multitud de encuentros. Unos gratos, otros... algo descafeinados.
Presente en todas las clases sociales.
Coquetería la que ha de tener para llegar a casi cualquier sitio.
Un encuentro amistoso, familiar, de personas conocidos, pues... puede ser un enganche para tomar te, café. A veces se cuentan tantas cosas que, hasta un confesionario se quedaría corto, casi en paños menores.
Sabe disimular si las palabras se cuelan por debajo de la mesa.
Sabe de su poderío y a veces se pone un poco borde. Claro está que no es la única borde a pocos metros de distancia.
Nadie como la señora cafetera para hacer los encuentros cómodos, inolvidables... aunque algunos acompañantes bien saben teñir su lugar con sabor a hiel...
A veces se critica, en su presencia, hasta la saciedad. Unas veces se llora en la amarga compañía del señor café. Otras veces, el pensamiento parece divagar, e incluso perderse en mundos desconocidos, donde las respuestas son difíciles de hallar. Otras veces, se rompe con el pasado. Se entierra bien enterradito para que nos deje vivir el momento presente, que es el que interesa...
La vida suele sonreír, mas ella sabe que ha tenido muchos momentos agrios, amargos como la hiel. Mas el pasado te puede absorber en tierras movedizas. No siempre podemos olvidar. Mas cuando somos conscientes, llegamos a entender, que... es importante cerrar algunas puertas para que otras se puedan permitir el derecho a ser abiertas...
La señora cafetera... ¡Cuántos secretos se han comentado bajo aquel lugar un tanto distendido!. Entre café y café casi como que cuentas tu vida y vidas ajenas. Con tanta relajación, tanta comodidad... ¡Para que luego se diga que el café ni seduce ni engancha. Luego... cuando la memoria afloja lo dicho... a esconderse todos.
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