¡Eh, y a multicolor para no perderme cuando vaya al agua!
Sintiéndome libre ante mucha gente. Compartiendo el mar, el sol, el espacio...
Allí donde las diferencias sociales, que a veces se ponen algo subiditas, pues quedan casi en un ras al suelo.
Pidiéndole un deseo al mar. Al infinito y casi eterno mar.
Por que sus profundidades, sus grandes secretos, su comunicación algo avispada... pues me hacen pensar en un dios particular. Quiero creer que es justo, solidario, atento y hasta diplomático.
A veces le hablo de tú a tú (Bah, como si nos conociéramos de toda la vida). A veces hay un gran mutismo entre nosotros, grandes espacios sostenidas solo por la esencia vital de cada uno de nosotros. Me satisface sentir que me escucha. Un dios creado a través de un gran mosaico de personas variopintas que de su dios particular me han hablado. Me gusta contarle mis cosas, mis preocupaciones, mis sueños, mis deseos... creo que tengo suerte de haber podido crear un dios personal y agregarle multitud de experiencias, momentos... me hace sentir grande, persona con derechos,deberes y algunas obligaciones necesarias en toda buena convivencia... claro que él sabe que le quiero. ¡Faltaría mas!
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