Para torear al mundo.
Para que no jueguen con tus sentimientos, tus emociones, tus derechos...
Para coquetear con la persona amada. Pausadamente... sin prisas.
Para que te sientas observado en el manejo de tus habilidades.
Capote dirigido por el torero, señorial, con tipo y gracia en sus movimientos.
Torero que se engrandece ante el toro, ante la fuerza de su mirada, ante la elegancia en su saber estar.
Quizás en este texto el toro simboliza la vida. Lo fuerte o débiles que podemos sentirnos ante ella. Lo cómodo que es tirar la toalla (aunque nuestro inconsciente nos diga que no podemos más, que nos flaquean las fuerzas).
Lo agradable y difícil que pueda resultar poner cada cosa en su lugar. La satisfacción de un trabajo bien hecho y que ha sido toda una necesidad.
Las batallas, los triunfos en la vida, difícilmente se consiguen solo. Es la solidaridad, el esfuerzo de muchas otras personas, las ganas de trabajar en equipo... son quienes realmente, verdaderamente, logran que las batallas personales, de auténtica necesidad, no sean tan dolorosas, tan crudas, tan agobiantes, anulantes...
La vida es equipo... sin equipo no concibo la magnitud -vida.
M.Mercedes Rodríguez Perera
Un capote para tener algo de intimidad. Un capote para jugar al gato y al ratón. Un capote para despertar muchísimas sonrisas, ganas de apostar por aquello que quieres y necesitas. Para aprender a pedir perdón y aceptar el perdón de otros. Un capote para no echar las cosas en la cara cual basurero de mi puerta...
ResponderEliminarA veces sería ideal tener un capote imaginario. Sí, que te permita lanzarse ante multitud de situaciones necesarias y que tú casi ni coges la primera marcha. Cuando quieres hablar con una chica especial y el freno de mano se te resiste mas de la cuenta. Pero la vida está hecha para aprovecharla, lanzarnos a lo que necesitamos. La vida está hecha para estudiar jugadas. No rendirse.
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