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lunes, 2 de septiembre de 2013

En una sala de urgencias


   En una sala de urgencias
     En una sala de urgencias donde... la tensión casi se rompe por momentos.
     El estómago parece una batidora... tal vez un tiro al plato.
     Los minutos parecen horas y en tu mente surgen mil mas un desenlaces.
     Te atiborras a café, a golosinas, chocolates, galletas...
      La espera puede ser terrible, agobiante, anulante, desesperante...
          Pasan horas y, a veces, no hay noticias. Mil desenlaces pasan por mi mente, no todos agradables.
          Lo normal es que esté sola en dicha sala. Hay otras personas esperando noticias, cualquier noticia, algo que pueda calmar tu ansiedad, tu necesidad preocupante.
        La temperatura sube por momentos. Hay agrupaciones de personas. Quizás familiares, amigos, compañeros/as, parejas...
         Mas yo sigo jugando con mi móvil. Intentando calmar mi ansiada soledad.
        La soledad multiplica la situación de estrés de dudas, de inseguridad atrevida.
    Alguien dice el nombre de la persona deseada... no sabes si levantarte o permanecer a la espera.
      Bueno, esta vez no ha sido nada grave. Menos mal, en estos casos soy capaz de recuperarme en milésimas de segundo.
         Llamar a un taxi y de regreso a casa.

    Bueno, yo no tengo por que exigir a mis familiares mas allegados que me acompañen en algunos momentos difíciles. Mas yo no termino de acostumbrarme a una situación donde no sabes cual es el diagnóstico.

     Dicen que la soledad siempre acompaña a determinadas personas. No siempre se busca. A veces es la señora soledad quien se presenta como un manjar exquisito. Luego... aprender a entender, asimilar, todo tipo de situaciones en las que te veas envuelto/a pues es otro cantar.

           Dicen que una serie de situaciones continuadas se convierten en una costumbre. No tengo por que catalogar a nadie puesto que, mis decisiones las tomo yo y he de ser consecuente con ellas. La vida nos puede presentar bellos amaneceres y entrar en dicho entorno casi pausadamente. Digamos que no te lo crees del todo. Mas he de decirte que intento aprender de mí misma, de mi fortaleza y de mis caídas.... intento integrarme en sociedad de la forma y manera que sé hacerlo.

    Cada persona es un mundo donde es importante que dicho mundo sea habitable, cómodo, a gusto con la persona que lo habita. Es dicha persona quien invita a su territorio particular a toda persona que le es grata o está dispuesto/a a respetar dicho habitáculo. gracias.

       M.Mercedes Rodríguez Perera

3 comentarios:

  1. Urgencias cuando alguien está ingresado grave. Urgencias cuando me ha olvidado tu mirada. Urgencias cuando me he alejado demasiado de la naturaleza. Urgencias cuando me he perdido a mi misma y rehabilitarme requiere todo tipo de estrategias. Urgencias cuando viene la soledad, y se acomoda en mí. ¡Será frescona!...

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  2. Una verdadera situación de urgencias... cuando vives aislada del mundo, incomunicada familiarmente, apenas hablas por que el aislamiento te ha impedido aprender hablar. Imitas gritos, patadas, desorden. No sabes otro tipo de comunicación. Cierras los ojos al anochecer, siendo una niña, y cuando los abres por la mañana, esperas... ver otras personas, no habitar la misma casa, la misma habitación testigo del dolor. Mas eso no ocurre. Aquí hablaría yo de una inminente situación de urgencias...

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  3. Urgencias... un rosario que parece no terminar nuca. Una súplica a los divino, a mi compañero/a,. Una auténtica necesidad de que alguien pare el proceso de angustia, sufrimiento dolor... Necesitas una respuesta de su médico. A veces, no llegas hablar con él. Puede ocurrir que otro médico te de los resultados. Bueno, da igual. Necesitas una respuesta favorable. La respiración casi se corta en tu piel. Intentas relajarte, es difícil, muy difícil. Hay gente que llora... llorar es dolor.

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