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jueves, 11 de abril de 2013

A una amiga imaginaria...por el dolor de un alma rota.

   _Sí, se lo quiero contar a una amiga imaginaria. A esa parte  de ti que quizás se llama consciente. Por que consciente has de estar para aguantar tipo  y tipazo ante situaciones que mejor no se hablen en voz alta.

      _Hablo de mi enfermedad mental y sus consecuencias. Al principio no se me comentó que enfermedad padecía. Eso es lo de  menos. Internada en aquel centro siquiatrico,  donde a veces la contención física se convirtió en toda una necesidad. Aquellos medicamentos que nadie me explicaba para que servían,  cual eran su función. Lagrimas y lagrimas por el internamiento en un centro psiquiátrico donde no sabía que lenguaje usar. Lloraba a mares, reía, intentaba mantener conversación con algunos colegas, compañeros de dicho centro. ¡Algunos temas era tan incongruentes!... ¡Qué les pasa a estas personas! ¡Están enfermos! ¡Claro... yo también estaba enferma, lo olvidaba!. A veces tenía momentos de conciencia, eran momentos en los que yo sentía todo lo que había a mi alrededor. Solo momentos... Pero no eran momentos- vida. No conseguía salir de allí. Mis padres iban a visitarme a tal "mansión". Algunos de mis hermanos también iban a visitarme, pero se tronchaban de risa ante el comportamiento de algunos compañeros de enfermedad. Yo me decía:¡Pero que descaro el de mis hermanos! ¡Ni que vinieran a un circo!¡Fuerte falta de respeto! Es verdad que algunos compañeros de enfermedad se aprovecharon de mí. Digamos que yo les seguí el juego. ¡Vaya lugar para tu primer beso!¡Y bajo qué condiciones!Todos o casi todos lo hacían, supongo sería una forma natural de cubrir ciertas necesidad!. De allí no se salía voluntariamente, y ante la imposibilidad de buscar cosas fueras, pues... las buscabas allí. Yo estaba más sedada que una avispa. Me llamó la atención los coches aparcados.Los miraba, los remiraba... en aquellos momentos no sabía lo que buscaba. Posteriormente entendí que buscaba la vuelta a casa. Entiendo, hoy, que dicho internamiento fue toda una necesidad para estudiar en campo abierto a todos y cada uno de nosotros. Mi inminente enfermedad mental se fue gestando muchos años atrás.  Cuando salí por primera vez del siquiatrico, me dio la impresión de no conocer absolutamente nada del recorrido a casa. Fíjate que, hasta mi habitación, compañera de penas y alegrías me resultaba muy extraña. Claro que, como había perdido toda noción de la realidad, de lo que estaba correcto, de lo que se esperaba de mí, de los deberes y obligaciones de una mujer que se queda en su casa. Sabía que no tenía derechos. Para mis hermanos fue muy cómodo pues que les hiciera la cama, que fuera a la tienda, que, en alguna reunión importante, yo estuviera presente(no se si firmé algún papel) lo que si sé es que  mi mente estaba sedada, bloqueada. Yo era un bulto andante. Me zarandeaban,algunos de ellos, de uno al otro como si sus abrazos burlones me fueran gratos. Les supliqué, muchas veces, que me enseñaran la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. Necesitaba integrarme en el mundo. Para ello necesitaba convivir, aprender a convivir en dicho mundo. Por supuestísimo, la mayoría ignoró mi necesidad. ¡Oh, por lo clavos de cristo, quien me echa una mano!-pensé- Claro que, cuando tomé conciencia de enfermedad y recupere mi estado para la convivencia, pues... nadie me invita, por derecho que tengo, a las reuniones que se han hecho en casa con referencia asuntos familiares, a los cuales yo debería participar.-bueno si me dejan- De nada sirve que me entere de día y hora de las reuniones. Mis hermanos, en general, pasan de mí. Como mucho quieren que lea ciertos papeles... claro que si no se me permite ir a la reunión donde se han  comentado ciertos asuntos relacionados con dichos papeles, pues a mí que no me vengan con la lectura de dichos papeles cuando ni tengo voz ni voto en los asuntos familiares.(no se me permite el acceso a dichas reuniones) Claro que,cuidar de mi madre, mujer de setenta y nueve años, traqueotomía y asma bronquial, todos ellos me ven fabulosa para dicha función...
     Que te traten así, la mayor parte de tu familia mas allegada... hay que tener una sangre fría y una crueldad humana mas allá del infinito. Como si yo fuese una marioneta en manos de casi todos ellos y no tuviese voluntad, ni sentimientos... a veces fluyen de mis ojos un mar de lágrimas y me digo:
      "Mercedes, a tu entender has estado en un infierno personal la mayor parte de tu vida". Cuando has pisado el infierno alguna vez, la profundidad da igual, hablamos del mismo infierno.

Tienes varias opciones:

        Aprender a vivir las veces que te sean necesarias, sin miedo, pero sin perder el paso. Piensa que ya has perdido muchas batallas. Ahora queda luchar, trabajar, aprender a jugar tus piezas-vida. Intentar ser una mujer feliz,sola , o acompañada. pero... ni una humillación más, ni un despotismo, ni una anulación de tu persona. Vive, por que hay mucha gente que necesita tu experiencia, tu fortaleza, tu formación... hundirte jamás. Si lo haces, pues a salir, como tantas otras veces lo has hecho, a marcha forzada.
      Tu vida ha merecido ser vivida, superada, trabajada...

            Episodios de una vida
                  Gracias

Quiero dar las gracias, honestamente, aquellos siquiatras preocupados por  la salud mental de todos nosotros. Por permitirnos, gracias a una medicación adecuada, a su continua formación, a la investigación en salud mental, a un seguimiento personalizado, pues un camino viable hacia nuestra recuperación. También al modernismo de centros de salud mental donde se nos trata de forma correcta, se nos escucha y nos sentimos, muchos de nosotros-as, verdaderamente cómodos y agradecidos-as.

Gracias, de todo corazón

      M.Mercedes Rodríguez Perera

4 comentarios:

  1. Hablar de enfermedad mental puede resultar incómodo y hasta desagradable.Piensa que los siquiatras tienen la llave para muchas de nuestras dolencias. Hoy soy yo la necesitada de una respuesta siquiatra. ¡Ojo!, mañana puedes ser tú, algún familiar, tu pareja, tu amigo. Colabora. Ayúdanos. También tenemos un corazón latiendo... ¿Lo escuchas? ¡Yo escucho el tuyo!

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  2. Todavía hay personas que consideran a los siquiatras como profesionales de la locura. Piensan que el que se pone en sus manos va a estar marcado/a de por vida. Piensan que la recuperación es prácticamente imposible. Yo doy las gracias a todo el personal "Salud Mental". Si no fuera por su eficiencia y por la ayuda puesta por mi parte, pues creo que mi vida estuviera tan desahuciada que sería incapaz de apostar por mí. Seguro que hubiera estado desahuciada en aquella cama noche-día.

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  3. Milagros se han producido en nuestras vidas sin casi creer en ellos. Todos necesitamos ayuda en momentos específicos. Alguien muy especial me levantó de mi cama donde yo residía noche y día. Nadie cercano a mi familia era capaz de ver mi dolor, mi sufrimiento, mis ganas inmensas de morir. Es verdad que dicha situación de abandono y decadencia te puede llevar al suicidio...

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  4. Es verdad que la primera vez que me besaron pues fue en un centro siquiátrico, La segunda, en otro centro siquiatrico. ¡No hubiera deseado que fuese así, mas hasta en eso he tenido mala suerte!Me quedo con el hecho de haber salido de aquél infierno. En realidad era mi infierno personal. La situación era super grave, Había que ingresar en un centro siquiátrico de todas todas. De hecho han sido los siquiatras y otras personas en salud mental, y fuera de ella, quienes me devolvieron la consciencia y la capacidad para seguir hacia delante. A pesar de los pesares, pues mil gracias por todo.

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