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lunes, 15 de abril de 2013

La sinceridad


  ¡Oh, Jesús!...
   ¡Pero cuanto nos cuesta ser sinceros, a veces!
        -Cuando, verdaderamente, nos gusta mucho alguien.
        -Cuando interiormente sientes la necesidad de sincerarte.
        -Cuando piensas puedas ser descubierto, infragante.

¡Tal vez sientas que no se acerca el momento para sincerarte!
¡Tal vez piensas que hacer un examen de conciencia, donde se valore la verdad, la sinceridad es arduo difícil!
   ¡Claro... excepto para los que viven de mentiras que jamás, parece ser, no han conocido la diferencia entre valorar mentira y verdad!

       Yo, Mercedes, pienso que:
              -La sinceridad dignifica a la persona.
              -La sinceridad te hace estar con los pies en la tierra, aunque el aluvión de problemas supere un más- menos infinito.
               -La sinceridad, la verdad, te llena poco a poco de una gran paz interior,de un agrado personal...
               -La verdad, difícilmente, se pilla las manos con una mentira. Entiende de la cara y de la cruz de una misma moneda. Ello,verdaderamente, la hace grande y la cubre de un gran magnetismo.

     ¿Sabes que puede pasar?...
            - Pues que, a veces, tenemos la necesidad de justificar nuestras propias mentiras. Aunque aparentemente parezcamos grandes, en realidad nos lleva a una situación de a ras del suelo.

            -La mentira despista, pero es incapaz de encauzar distintos caminos... suele ser descubierta y cabizbajo, me quedo en un sin comentarios.

                      -La verdad es una amplia avenida por la que se puede pasear respirando a puro pulmón, con la satisfacción de haber hecho muy bien los deberes. Deberes que se han de realizar correctamente para seguir subiendo peldaños en la escalera de la vida.

       A buen entendedor pocas palabras se precisan.

            M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. La sinceridad es un arma de doble filo. Quedas al descubierto y hay personas capaces de destruir tu mundo, tu persona, a la gente que quieres. Mas a veces nuestro yo interno nos pide que aflojemos la marcha e intentemos ser honestos.... la mentira conduce a una verdad ficticia. Yo procuro ser sincera de forma no muy clara y no pillandome dos veces las manos. Hay formas y formas de sincerarse.

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