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jueves, 4 de abril de 2013

El tic-tac de mi reloj


  El tic-tac de mi reloj...
    _¡Oh, sí, ya le recuerdo!
        _¡Aquella alarma que nos hacía saltar de la cama en un visto y no visto.
   _ ¡Aquél tic-tac que casi se hace el olvidadizo cuando mi cita era importante!
        _¡Caramba con el tic-tac de la noche!
   _ Indicador, éste, de un descanso necesario y reestructurante.
         _ ¡Tantos tic-tac que marcan nuestro estado anímico, nuestro cuerpo y el zarandeo de  nuestra alma.
   _ ¡Unos tic-tac muy esperados! ¡Otros tic-tac que mejor se hubiesen quedado, indefinidamente, en la casilla de salida!
            _Pero... mi reloj, mágico, con su tic-tac poderoso y un tanto señorito... nunca olvidará su cometido, su razón de ser y, de vez en cuando, nuestras ausencias.
       _¡Aunque tengo algún que otro remilgo hacía él, pues no dejo de entender que le necesito!
           _¿Y tú que piensas!
               _ Pues bueno, me lo pienso un poco más.
    _Yo no podría vivir sin el factor tiempo. Tal vez por algún que otro día pues a lo mejor resistiría esa prueba  mortífera... pero es el tiempo quien rige mi esfera, mi mundo particular, mis momentos... control necesario para que mi organismo siga su correcto y adecuado ritmo. Mi medicación necesita de un horario y yo, aunque a veces algo refunfuñona, tengo que admitir que mi reloj activado es la mejor forma de esbozar bonitas sonrisas.
    _Luego, comentaba que no estaba enganchada a nada ni a nadie...
         _Prácticamente todos estamos, por nuestra naturaleza, formación, estilo de vida, pues enganchados a alguien o a algo... es inevitable. Aunque a lo mejor no se considera enganche, una puesta de sol, una bonita mañana, una agradable convivencia o, el perfil de tu mirada...
        _El tiempo horario es algo que nos une a la mayoría de nosotros. Algo que tenemos en común.
           Si nos olvidamos de él por mucho tiempo... pues... a ser ganchillo , a pescar lo que se pueda, o a jugar a la gallinita ciega.

      M.Mercedes Rodríguez Perera
       

2 comentarios:

  1. Que haría yo sin el tic-tac de mi reloj. El que me indica que hay que levantarse, el que me comunica una hora muy especial para ver a alguien super querido. Por supuestísimo, no voy a renunciar a la merienda. Ni a algo tan común a todos como es el tic-tac de un reloj. Ah, me olvidaba, también me recuerda la hora de tomar mi medicación.¡Me quiere!

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  2. El tic-tac con el cual nos despertaba por las mañanas un gallo muy señorito con aparente dotes de ordeno y mando, de muy alto rango, que provocaba en mí, cuando le veía, ataques desenfrenados de risa. Yo le llamaba el tic-tas viviente. Mi abuela estaba algo más que mosqueada conmigo al observar la manera en que yo miraba al gallo. Pero es que había que ver la insistencia que ponía dicho gallo para que la familia se pusiera en pie. Hoy le recuerdo con muchísimo cariño y añoranza. ¡Uy, mi gallo!...

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