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martes, 30 de abril de 2013

La llave

   Aquella llave que abrió la puerta de mi corazón y casi la pierdo al cerrarse las puertas de mi alma, de mi esencia personal, de mi estilo de vida, de mis mas y mis menos...
   Aquellas llaves que me mostraron bonitos amaneceres y dulsisimos anocheceres.
Aquella llave que despertó mis ansias por vivir cuando mi corazón estaba dispuesto a dar mi vida por perdida.
Aquella llave que escondo para saber que... si algún día la necesito, tal vez, haya personas que aun la necesiten más.
 La llave de mis despertares, que rondan mi persona con mil verdades diferentes. Bueno, quizás algunas mentirijillas también.
    Aquella llave que comparto con mi amiga- libertad.
Aquella llave que yo te presto si me regalas algunas de tus clases magistrales(prometo devolvértela).
  Aquella llave que observé en una clase de artes marciales, por una de tantas casualidades que la vida te pone en el camino, pareciéndome un mensaje espiritual, avispado, preciso, intuitivo, cercano y distante al mismo tiempo.... bañado de una precisión y seguridad que me dejó,por momentos, en una barra de equilibrio.   Pero luego recuperé el tipo al observar, ante todo, su elegancia, su disciplina y hasta su saber estar.

     A pesar de los obstáculos, a pesar de los momentos de ausencia, a pasar de algunas situaciones de soledad infinita... hoy  le doy gracias a la vida. Puesto que, también me ha regalado muchísimas cosas que estoy aprendiendo a descubrir en mi persona... y a todas aquellas personas que han querido estar junto a mí en momentos gratos y difíciles.

            Gracias a la vida y a vosotros-as.

       M.Mercedes Rodríguez Perera

       .

4 comentarios:

  1. De pequeña lo hubiera dado todo por aprender artes marciales. Me encantaba de ellas su precisión, su disciplina, la entereza de sus jugadores, la concentración... en fin que en mi casa las niñas, señoritas, estaban para ser amas de casa. Yo era nerviosa, inquieta, despistada... me hubiera quedado como anillo al dedo. Ahora observo las prácticas de artes marciales con muchísima añoranza

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  2. Quizás mi imaginación desbordada me haya jugado muy malas pasadas. Es verdad que adoraba las artes marciales. Es verdad que hubiera deseado aprender defensa personal. Me hubiera sentido mucho más segura en mi vida, en mis andares diarios. Es verdad que he perdido mi interés por las artes marciales. Sigo mirando su lealtad, su precisión, sacarle partido a toda sus posibilidad de realización. Aún así espero sigáis apostando por tan grandiosa disciplina

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  3. Esa llave que llevaría impregnada en mi piel, en mi corazón. Para que el terror de una experiencia no me marcara de por vida. Llevaría una llave para abrir mis puertas a la comprensión, a la libertad bien entendida, al respeto... Utilizaría la llave para que los niños fueran conscientes de una educación adecuada y necesaria. Aprendieran muchísimas materias y las aplicaran, de mayores, en transformar nuestro mundo en algo mas habitable, justo, auténtico. Me agarro a ella por que la necesito...

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  4. Siempre quise tener mi propia llave maestra. La llave que me abriria las puertas a la libertad, a la independencia, a tener mi propia casa. Aquella llave que nadie puede robar por que, automáticamente, la convertirían en algo interior, no visto desde fuera, no localizable desde un ámbito que no fuera el mental, el sicológico, el espiritual.¡A qué sería genial el escondite!Nadie puede rondar tu alma si tu no le das permiso. La libertad no tiene precio en ningún mercado. ¡Ojo, no estoy hablando de la seudo- libertad!

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