Aquella palabra que dijiste...

   La palabra que dijiste y la que intuiste.
     La palabra que diste por confirmada.
       Aquella que se enredó en tu mirada y voló mas allá de tu sonrisa.
   
           La vida comentada en una historia particular.
              La vida que se engendra.
                Que nace, que despierta en el mundo, que transmite... unas veces luz, otras sombras.
          La vida que comunica su particular llegada, asumiendo aciertos y errores... sin dejar de entender las consecuencias de sus hechos, sus vaivenes en el tiempo...
     
            La palabra seriona, tonta, a veces, de ajenos recuerdos y doloridas estancias  particulares... a veces sumergida en injustos momentos, contratiempos no del todo gratos.

        Si te es posible que no te falte la palabra... para comunicar tus logros, tus miedos, tus dudas, tus aventuras, tus momentos de esperanza y felicidad...
        Utiliza el lenguaje verbal, entre otros, para llegar a la gente que quieres, al mundo, a todo aquel, aquella persona que quiera recibirla.

             Tal vez tu mensaje sea bien recibido, y encuentres respuestas que no imaginarias en tu vida.
                 Quizás y solo quizás, algunos de tus mensajes volaron por tu ventana y alguien los recogió en un globo multicolor...
      ¿Quién fue!...
            -Bueno, pues que sigan viajando, que comuniquen hermandad entre distintos países. Que las distancias en el mundo no sean tan grandes. Y que de alguna manera, el mundo sea la persona, la convivencia armoniosa, la disponibilidad y el muy codiciado sentido del humos. Gracias.

        M.Mercedes Rodríguez Perera