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jueves, 23 de mayo de 2013

Un cuenco...


     Un cuenco...
           Un cuenco para...
               Sensibilizar tu mirada.
                Despertar con una sonrisa.
                Acariciar el alba.
                Despedirme de un largo día un tanto agotador.
                Ser suspicaz ante la transparencia de algunas noches.
                Y por supuestísimo, agradecer los gratos momentos del nuevo día.

         M.Mercedes Rodríguez Perera

3 comentarios:

  1. Un cuenco encontrado por casualidad.Me enseñó muchas cosas. Que la diferencia entre todos y cada uno de nosotros no es tan grande. Que las habilidades se reparten majestuosamente al azar. Sin preguntar nombre, ni identidad. Quiero compartir, a través de este cuenco, nuestras miradas, nuestros momentos difíciles y aquellos en los que un encuentro fortuito fue grato.

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  2. Un cuenco roto, destrozado por los avatares de la vida. Un ser sediento de comunicación, de libertad bien entendida, de solidaridad... probablemente no lo sepa. Por eso ese cuenco este roto. Quizás cuando restablezca su armonía con el mundo y consigo mismo-a, aceptara que alguien le regale otro cuenco y lo verá con otra disposición, con otra aptitud vital. Tal vez será mas cuidadoso-a puesto que en dicho cuenco se deposita un alimento vital para sí mismo y para todos.

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  3. Un cuenco para dar gracias a la vida. Por ser privilegiados al ser capaces de relacionarnos, reír, tener tiempo para los niños. Ser conscientes de la necesidad de realizar una evaluación personal de vez en cuando. Tener la capacidad de trabajar aquello que mas necesitamos. Tener plena consciencia de que pueda ser toda una realidad. ¡Creérnoslo!

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