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miércoles, 29 de julio de 2015

Sólo las palabras...


  ...que no me dijistes provocaron dudas en los vaivenes de mi particular tiempo.
  ...que se convirtieron en misiles asustaron mi alma herida, vacía por dentro y por fuerta. Sí, fruto de una crueldad imperdonable sobre mi persona.
  ...que asustaron un alma herida, escurridiza por momentos en situaciones de contracentido¡Oh, qué horror!¡Abráse visto!
  ...que temblaron en tu voz mareando las ausencias de mis adentros.¡Oh, nuevamente toques de guerra!¡Faltaría mas!
  ... Y en el ayer, escuchando tu recuerdo, bordeando, quizás mi mirada. ¡Lejos, demasiado lejos como para que me escuches, veas mi dolor, entiendas mis desvaridos en el tiempo, en el espacio, en mi propia persona. ¡Oh, jamás lo entenderás!
  ...Y en el ayer en el cual el crucigrama se relfeja cauto, meticuloso, transparente en ocasiones, mas casi, casi le perciguen los altibajos de forma mas o menos continuada. ¡Caramba, mal rollito!

     Y al mirar tu vida evité comparaciones. No lo entenderías. Estaba desahuciada ante todo un universo. Mas tú no ibas a pensar de forma diferente. Pero un día algo pasó... no recuerdo que fue mas me lanzé con todas mis fuerzas a mi parte de sentido común, de astucia, de valoración personal. Llevaba demasiado tiempo alejada del mundo, de una integración justa y necesaria. Ante todo un infierno personal que me envolvía. Tenía claro que mis derechos habían sido violentados, por lo que luchar por ellos, por la integración personal, grupal... se había convertido para mí en toda una necesidad. Estaba dispuesta a intentarlo con todas mis fuerzas. A sentir, de alguna manera el apoyo de todas aquellas personas que creían en mí, que me darían una oportunidad si me conocieran de tú a tú.

        Un día sentí que necesitaba compartir mi mundo interior. Lo bueno y malo de mi persona, de mis contenidos, de mis expresiones, de mi forma de andar por el mundo. Intenté hacerlo desde el cariño, desde el respeto que se merece una vida. Mas principalmente lo hice por mí. Era un potenicial que pedía, de alguna manera, a gritos ser expresado. ¡Y así lo hice!... Siempre hay alguién que conoce tus escritos, tus comentarios, tu particularidad a la hora de dibujar. Mas esa persona quizás te diga de forma continuada que no te puedes quedar con todo lo que posees. Un día miras a tu derecha, a tu izquierda y  empiezas a contar de forma, a veces, un  tanto personal, un mundo interior, propio del cual te alimentas cuando la vida es un infierno. Mas alguién insiste: ¡No puedes quedarte con todo ese potencial, has de compartirlo!¡Y así lo hice!

   Hoy soy feliz a mi manera gracias a muchas personas que han querido estar ahí. Sí, a pesar del viento y de la marea de los contratiempos. Hoy no me siento sola y ello es para mí todo un arropamiento personal y social. Hoy soy yo quien os da las gracias a vosotros, sobre todo... por el milagro de una vida. Muchas gracias también a salud mental por todo lo positivo que supuso para mí estar bajo su tutela (por llamarlo de alguna manera) Y gracias a la vida por haber me permitido contar tantas y tantas cosas encerradas, imaginativamente, en el baúl de los recuerdos.

      M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. A veces podemos llegar a pensar que el mensaje llega igual desde cualquier ámbito de la comunicación. Mas no siempre es igual. Una mirada puede ser muy expresiva. Muy cercana, muy abispada. A través del cuerpo quizás estamos dando muchísima información. Mas la palabra cercana, de tú a tú. En un lugar, tiempo, espacio en condiciones, puede hacer verdaderas maravillas. Por que una imagen difícilmente será tan fiel desde el punto de vista de la información, que un lenguaje, principalmente, oral donde la vida se manifiesta en todo su espléndor. Y la luz se hizo imaginativamente alimento, cuando... me preguntastes mi nombre y yo te sonreí con una mirada. ¡Oh, qué cosas!

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  2. ¡Gracias aquellas palabras que surgieron en aquél preciso instante! Palabras, que me permitieron llegar a las frases y su posterior contenido. Palabras que consiguieron abrir mi mente y descifrar multitud de enredos de todo tipo. Mensaje oral con el cual yo agarré el contacto con el mundo exterior. Trabajo me costó y mucho. Mas ante un si por respuesta a todo aquel esfuerzo descomunal para que tú me entendieras parecia una magdalena llorando a todo pastel. ¡Oh, pero qué me dices!

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