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lunes, 6 de julio de 2015

Y en un momento particular...


  Casi, casi abrí mis ojos por primera vez(Ojo, no era una recién nacida). Mas sentí, intuitivamente, que el mundo me daba la espalda. Que no encontraba mi lugar, mi espacio, mi tiempo y mi luz en mi mundo particular, en el mundo social que muchas veces a todos nos envuelve.(Sí, todo un mal rollito). Nubarrones negros bordaban mi vida. Debía cambiar el chip en cuestión de segundos (caramba qué difícil). Resultaba todo un atrevimiento. Soltar amarras y alzar el vuelo. Algo nuevo para mí, algo importante y de una auténtica necesidad de vivencia interior-exterior. No sabía lo que encontraría detrás de una cortina imaginaria donde el tiempo quizás me atrapó casi inconscientemente. La incomunicación bordó un tanto mi locura. Aprender a comunicarme... aun no sé como pude hacerlo. Saltarme todo tipo de prejuicios y comunicar al mundo una forma de actuar, de sentir, de manifestarme... a veces, mis inseguridades, mis miedos, mis dudas... mas ya me había puesto en marcha y ello era todo un paso hacia delante. Una forma de ver la vida con otra perspectiva, con otros principios mas actualizados.Empezaba de alguna manera a valorar mi trabajo, mis convicciones... ¡Oh, pero qué atrevimiento!Entendía que la vida no te da oportunidades para que las archives en un blog imaginario por tiempo indefinido. Las oportunidades llegan y... si no son receptivas pues, simplemente se van.Tuve que redescubrir a mi propia persona. Con mis circunstancias mas particulares y una necesidad inmensa para que mis derechos fuesen reconocidos. Hasta hacía bien poco no sabía que tenía derechos. ¡En fin, cosas que pasan! Siempre existen personas a las cuales les es sumamente fácil manejar tu voluntad, tu actitud mas vital y necesaria.¡Caramba, eso sí que no puede ser).Sí, tal vez, puedan hacerte ver que verdaderamente no tienes ningún tipo de derechos. Son  capaces de anular tu propia persona. No te consideran digna de estar a su altura en cuanto a opiniones, comentarios, ideas propias... ¡Pero qué mal rollito, niña!

    Mas un día amanece en tu vida. Un amanecer percibido de forma diferente. Lleno de un gran resplanador y una claridad sublime. ¡Oh, bendita naturaleza!Lo contemplas casi anonadada, mas en un instante prácticamente inapreciable entiendes que tienes que vivir, que tienes que ser dueña de tu vida, de tu existencia mas particular. Casi sin saber dónde, a quien mirar... das un gracias infinito a todo un universo.

     Las oportunidades no siempre son fruto del azar. A veces, vienen condicionadas por las circunstancias particulares en las cuales te desenvuelves. Mas bien cierto es, que las oportunidades importantes no se han de dejar escapar... puesto que no ocurren por mera casualidad.

    M.Mercedes Rodríguez Perera

3 comentarios:

  1. Un momento particular para pensar en ti, en nosotros, en nuestras vidas. Momentos que a veces no se valoran lo suficiente. Hay situaciones, opciones vitales, que parecen archivarse por tiempo indefinido. Luego... cuando tienes una luz en la memoria, quizás las busques con cierta inquietud, mas las oportunidades se van alzando el vuelo. Descubriendo nuevos horizontes. Ampliando espectros de luz.Por que los momentos en los que podamos estar envueltos no siempre son fruto de la casualidad. A veces, y aunque pueda parecer toda una incongruencia... hay momentos oportunos que son ocasionados por una causalidad. ¡Claro que a veces no los vemos y nos perdemos en interrogantes infinitos!¡Caramba, pero qué me dices!

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  2. Un momento particular para contarte un cuento. Un momento particular para compartir una sonrisa. Un momento particular para señalizar el camino que quiero seguir. Un momento particular para dar las gracias a todas aquellas personas que han querido estar junto a mí, a mi lado.Sí, en momentos dulces y amargos. Un momento particular para dar las gracias por que he descubierto que, también en la confianza, se encuentra el camino. ¡Mil gracias por estar ahí, junto a mí! Un momento particular por sentir que la esperanza forma parte de mi vida.

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  3. Y en un momento particular me dije a mi misma que de donde había sacado yo aquél pronto. Hice una investigación fisica y sicológica de mi persona, mas no encontraba respuesta satisfactoria. Entendí que algunos prontos tienen su razón de ser y que tal vez tu tardes días en asumirlos, entenderlos adecuadamente. Mas cuando tienes una ética mas o menos coherente, entiendes que ciertos prontos tienen, evidentemente, su razón de ser. Otros, pues claro que no. En fin, a veces, me puede la intuición.

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