Translate

jueves, 22 de agosto de 2013

La puerta cerrada


 La puerta cerrada
    _Intenté abrir aquella puerta, puesto que, su camino se me hizo una inminente necesidad.
    _Pero la puerta permanecía cerrada. Volví a tocar en la puerta, tenía frío y quería  una manta para abrigarme.
    _Pero la puerta no se abrió.
    _Volví a insistir con la esperanza de conversar con alguien  que aliviara mi dolor, despertara en mí ilusiones perdidas. Tal vez, desconocidas. Quizás fuese capaz de abrazar mis contenidos.
    _Mas aquella puerta permaneció cerrada.
   _Me pregunté si la casa tendría dueño. Si estaba abandonada por alguna razón. Luego pensé- tal vez haya alguien... que tenga mas frío que yo. Mas necesidad en ser arropado. Mas angustiado ante el dolor de experiencias sufridas, traumaticas, indigestas.
       _ No me lo pensé demasiado... abrí la puerta y esta se abrió con gran facilidad.

   A veces las cosas no son tan complicadas como las pintamos. A veces el sentido común te lleva a simplificar multitud de situaciones engorrosas... mas el que no arriesga ni gana ni pierde.

       M.Mercedes Rodríguez Perera

4 comentarios:

  1. Muchas veces dejamos de hacer cosas,tomar ciertas decisiones, porque nos ponemos en lugar del otro. En realidad nos estamos situando en nuestro propio esquema mental. Este esquema no siempre coincide con lo que otras personas intentan transmitirnos. Perdiéndonos muchas veces en el camino, por no entablar una comunicación relajada, distendida, de tú a tú. ¡Te sorprenderá!

    ResponderEliminar
  2. A veces nos perdemos los unos y los otros porque ni siquiera nos damos la posibilidad de un encuentro. Luego buscamos culpables por todas partes intentando que nuestra imagen roce la pulcritud. Claro que, no es cuestión de llegar a estos extremos. En esta época del todo terreno muchos/as se olvidan que un gesto tan sencillo como acercarse a las personas que nos interesan y entablar una conversación, puede abrir todas nuestras expectativas de alcanzar aquello que mil vueltas hemos dado.

    ResponderEliminar
  3. He abierto puertas que, antiguamente, estaban herméticamente cerradas. Imposibles de abrir. Pero los habitantes de esa casa cambiaron de actitud. Quizás los envolvió la soledad, la desconfianza... pero la puerta estaba prácticamente abierta. Un empujón bastó para acortar distancias. Las apariencias nos pueden sorprender. Y la sorpresa puede ser positiva...

    ResponderEliminar
  4. Agárrate aquella persona amiga/o que te da la mano, te ofrece su confianza, canaliza tus caminos... pero aprende a caminar. Jamás has de olvidar tu merecida autonomía. No permitas que el mundo te encajone, te apriete las riendas de tu vida. Trabaja tu interior, con ayuda si lo precisas. Aprende a vivir pero de verdad. Tienes derecho. No renuncies jamás a ese tu derecho.

    ResponderEliminar