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martes, 23 de diciembre de 2014

La felicidad


  Un continúo vaiven en el tiempo.
      Un momento de alegría sin igual.
 Una búsqueda donde muchas veces se nos escapa la señora felicidad pues de nuestro campo visual.
    Porque para ser feliz es importante disfrutar de cada etapa de tu vida, de tus momentos, de tu razón de ser y existir.
  La felicidad puede estar tocando en la puerta de tu casa de forma insistente... mas le cierras la puerta una y otra vez ¡Oh, no la has reconocido!¡Mal rollito!
    ¡Simplemente, quizás se haya disfrazado para despistarnos!¡Oh, pero que pillina!
  Felicidad cuando tienes buenas relaciones que llenan tu vida de luz y color.
    Felicidad cuando me sorprendo ante paisajes nunca vistos.
  Felicidad cuando comparto una sonrisa, una ilusión, una pregunta-respuesta... y hasta una lágrima.
     Felicidad cuando me siento cómodo conmigo mismo. Tengo mas de lo que necesito para ser feliz y doy, quizás las gracias, a un dios imaginario que no conozco. Mas tal véz, ese dios imaginario si que se ha acordado de mí.
     Felicidad en los hospitales cuando se salvan vidas. Se lucha por el bienestar de los enfermos, y sientes que has hecho lo que debías hacer.


       Quizás pierda momentos de felicidad cuando actúo de forma egoísta con muchísimas personas. Me niego a derramar una lágrima cuando mis sentimientos piden su paso con urgencias.
    Cuando me considero superior al resto del mundo. Aunque sea ello por méritos propios.

Sin embargo, puedes sentir que la felicidad está en tu corazón, cuando has ayudado alguans personas realmente necesitadas y te faltaban solo segundos para terminar la guardia. Mas quizás muchas de esas miradas que recibias de tus pacientes te compensaban en grado sumo.

       La felicidad no tiene un precio. Habita en nosotros. De nosotros depende que salga al exterior o se  ahogue en nuestros adentros. No es exigente... mas quizás te pida poner algo de tu parte para poder alzar el vuelo y planear en un cielo infinito. ¿Piensas que es mucho pedir?...

      M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Quizás existan personas que piensan que nunca han sido felices. Que no han conseguido ver la luz tras atravesar, probablemente, todo un infierno. Pero es que... la felicidad no cuesta dinero. Está al alcance de todos y se manifiesta en multitud de acontecimientos tanto personales como ajenos, como sociales. Para ser feliz hay que creer en la ilusión, despertar en el compartir, homenajenar, de alguna manera, nuestra vida. El hecho de estar vivos. Mas pienso que la felicidad no obedece a leyes, a autoridades de todo tipo. Es en la cercanía de tu propia vida donde quizás la encuntres. A veces, acude a tu encuentro sin que la busques. ¡Oh, qué suerte!...

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