Un regalo

   Un regalo puede ser bonito, comprometido, suspicaz, auténtico, sorprendente, inesperado, curioso... tantos y tantos regalos que se pueden hacer con variadas y variopintas intenciones. Mas de un regalo siempre se espera lo mejor. Una atencion que nos recuerda quien o quienes están ahí en momentos bastante difíciles. Un regalo puede ser una espera. Un regalo es aquél niño/a que te sonríe y tú dandole vueltas y mas vueltas a la cabeza por que no cojes donde está la gracia. ¡Oh, una buena jugada por parte de dicho niño! Un bonito regalo puede tener lugar cuando no esperas nada de tu vida, por que quizás hayas tenido demasiadas sorpresas y sorpendentemente te superas a ti misma. Con tu trabajo, con tu constancia, con la capacidad que puedas tener a la hora de comprender a alguien. Escuchar sin esperar que ese detalle se te tenga en cuenta. Pienso que el regalo aunque sea un regalo-sorpresa, pues se ha de hacer con intención positiva de agradar. ¡Ojo, no siempre se consigue! También se puede hacer un bonito regalo de una separación mas o menos larga, distante... por ejemplo, cuando te regalan la constancia de estar ahí. Un recorrido puede ser una bonita y agradable convivencia. Cuando se comparte lo mejor de vosotros mismos. Un regalo es un beso, una sonrisa, un despertar guay. Un regalo puede ser aprender de los otros momentos importantes para ti. Un regalo es que te acepten tal y como eres. Que se valoren tus cambios, tus cualidades... sobre todo que no te encasillen en un pasado del que casi no te dejan salir. Mas tu bien sabes que esa puerta ha quedado cerrada con una llave mágica que ya no necesitas para superar traumas pasados. Sobre todo un bonito regalo es la confianza que otros puedan despositar en ti. Entendiendo que eres capaz de ser una mujer/hombre, maduro. Con ilusiones,con perspectivas de futuro. Sonriéndole a la vida. Sonriéndole al camino. Aprendiendo de tu existencia y mirando pa´lante. Con la certeza de que no has olvidado lecciones importantes. Y que es importante tomar consciencia de que madurar es una forma bonita y grata de andar por la vida. Lo que cuesta, verdaderamente, encajar es el hecho de que las personas te encasillen en un tipo de conductas y no arriesguen ni una uva navideña por ver lo que tú hayas visto en cuanto despegue personal. Un despegue en equilibrio, necesario y auténtico, también es un bonito regalo. La gente muchas veces se niega aceptar tu evolución y parece que te encasillan en unos esquemas super difíciles de superar... donde si ellos no quieren ver dichos progresos (que es todo un privilegio) mejor mandarse a mudar. Y probar suerte con personas que si saben, entienden y ven con claridad grandes progresos, que, muchas veces, por auténticos prejuicios, pues muchas personas se niegan a darte ni siquiera el aprobado. ¡Oh, mal rollito!¡Mejor mandarte a mudar!

    M.Mercedes Rodríguez Perera