Aquélla carta que no llegó a su destinatario. Quizás su destinatario hacía mucho tiempo que ya no vivía en dicho lugar. Una carta escrita con un propósito particular. Una carta que por causas ajenas, un poco a todos, pues nunca me fue devuelta.
Una carta escrita a un amigo imaginario. ¡Dónde estará ese amigo imaginario-me pregunto a día de hoy!Bueno, en realidad da igual su identidad, su forma de andar por la vida, su nacionalidad, sus momentos... Una carta escrita tal vez en un momento personal de bajona. Es un amigo imaginario por lo tanto no se ofenderá ante ciertas puntualizaciones. En realidad le pido que de alguna manera imaginaria, entienda que yo sigo aquí. Batallando conmigo misma y las circunstancias que se me presentan. Bueno, bueno, batallar ya no lo hago de forma brusca, arisca, cuerpo a cuerpo. Ahora me gusta jugar con las frases, con los contenidos, con combinaciones que yo haga al hablar, al pensar, al escribirte ésta mi carta. Quiero comentarte que siempre que escribo una carta lo hago con una intención particular. Quizás estuviera en un buen momento. Tal vez no fuese tan bueno. La mayoria de estas cartas imaginarias las rompo. Principalmente cuando se cumplen mis expectativas. Te burlarías de mí, si te comento que también escribo cartas a personas que ya no están fisicamente con nosotros. Les comento los buenos momentos que juntos pasamos. Imaginativamente, pienso que el mensaje llega. Su recuerdo me es suficiente para continuar con cartas dirigidas a personas ya no presentes entre nosotros. Mas un recuerdo pasado con dichas personas me dice mucho de la relación personal con ellos, de lo mucho que se quedó en el tintero cuando hacíamos planes futuros. De lo mucho que me ayudaron en momentos francamente incómodos para mí. Lo mucho que nos reímos juntos y la experiencia de vida en multitud de momentos irrepetibles...
Así, pues, envío esta carta imaginaria hecha con amor, con corazón, con fuerza, con coraje, con agradecimiento, con humildad, con sinceridad, con respeto, con valentía... pues a quién corresponda.
¡Mil gracias por estar ahí!
M.Mercedes Rodríguez Perera
Sabes, me gusta escribir cartas a personas imaginarias. A un amigo imaginario especial que por causas ajenas a nosotros mismo pues se quedo en el camino. Le comento como me encuentro. Le digo que he superado baches muy importantes en mi camino vida. También los momentos irrepetibles que juntos pasamos. También escribo cartas imaginarias a personas ya fallecidas. Sabes, me ayuda a superar su muerte. Se que siempre estarán conmigo. Ya que, las vivencias fueron irrrepetibles... y esas vivencias siguen presentes en mi memoria positivamente. ¡Os quiero, corazones!
ResponderEliminarAquellas cartas navideñas que yo escribia a personas anónimas. ¡Bueno, al final me las tenía que quedar casi todas yo por que no había suficientes personas de confianza como para yo regalarle mis cartas. Sin embargo eran textos escritos con una gran positividad. A veces, se adentraba en el tema crudísimo del dolor, del desarraigo, de la soledad infinita... mas siempre procuraba dar les la vuelta para que al final, o casi al final del texto tú u otras personas como tú, fuesen capaces de disfrutar de un bellísimo amanecer. ¡Oh, cosas mías!
ResponderEliminar