Aquéllas miradas y sus momentos.

  Las miradas de la vida, de los dulces atardeceres, de los atragantados momentos de los malos rollos, de nuestras diferencias incluyendo, evidentemente, nuestras verdades a medias.

  Mas una mágica luz desbordó las dudas, calmó la angustia de todo mi ser, puso una pausa a mis silencios. Una parte importantísima de mi vida estuvo invadida por la angustia, las depresiones, la inseguridad, la decepción ambiental.

   Mas en aquella muralla que parecía separar la luz de la oscuridad, la muerte de las incomprensiones, el dolor ante las incongruencias... nace la vida. Sí, cautivando imaginativamente mi mundo, aspirando a salvar miles y miles de obstáculos. La vida que nace para, de alguna manera, sentir que no todo es negativo y que la esencia vital de la vida es el propio existir en sí mismo. La vida nace como objetivo de superación, de arranque personal y grupal. La vida nace por que era toda una necesidad de supervivencia en su conjunto. ¡Oh, gracias a la vida!

   Y llega la vida cuando aunamos fuerzas, cuando respetamos contenidos, cuando se escucharon nuestras súplicas a todo un dios infinito sin ser del todo consciente que él siempre ha estado junto a nosotros, a nuestro lado incondicionalmente.

  Y el camino se hizo grato cuando entendimos que no estábamos solos, que tras nosotros existían, a la vera del camino, otras muchas personas con nuestros mismos ideales, con nuestra razón de ser. Sí, gente justa, amable, colaboradora, valiente, con ganas de echar pa´lante, con ganas de echar una mano en lo que necesario fuera.

   Mas el recuerdo de la vida surgió de nuevo y un mar de lágrimas de emoción surcó mis mejillas. ¡Oh, la vida!¡Una auténtica necesidad de aires nuevos, de libertad, de suavizar heridas, de ayudar a salir de momentos infernales!¡Sí, surge la vida!... y la ilusión motiva mi deambular, mi positividad, mi arranque mas personal.

  ¡Oh, la vida surge cuando tú me miras, cuando entiendo que no estoy sola en el camino, cuando las ausencias infinitas ya no se aprovechan de mí!...

     Y el nacimiento de una vida me dio una mayor seguridad en mi misma. La esperanza había llegado a mis adentros y todo ello era un motivo importante de celebración. ¡Mil gracias por estar ahí!

     Quizás fuese un nacimiento imaginario que perdí en el camino. Nadie me confirmó que dicho nacimiento fuese real, ni siquiera fui consciente de un embarazo normalizado. Fue aquél parto inconsciente el cual me hizo tomar por minutos, escasos minutos un contacto con una nueva vida. La vida de la esperanza, del cambio positivo... mas la familia lo tapó todo. No había ni un motivo para dudar de  que lo vivido por mí fue toda una pesadilla, una broma pesada del destino. Tienes que aprender a olvidar para intentar vivir, seguir hacia delante, y esperar que la suerte acompañe, de alguna manera, la vida, mi vida, la vida en general. ¡Mas en aquél pensamiento de un nacimiento también hubieron varios testigos a parte de mi propia familia... razón por la cual podría resolverse tanta incongruencia como toda una realidad!Tengo una intuición muy grande,siempre la he tenido, mas en ciertos acontecimientos y dada las peculiaridades personales, yo no me pillo las manos!

      M.Mercedes Rodríguez Perera