Cual coche dirigido por diversos caminos. Diversos andares por la vida. Momentos compartidos... otros, arropados quizás por la soledad. Soledad que si no se le pone límites es capaz de abordar toda nuestra persona sin ningún tipo de permisos. Además puede que lo haga de forma dañina.¡Faltaría mas!
Hay personas que simplementen viven. En sus vidas no suele haber altibajos fuertes, impactantes. personas que se acomodan a su familia, a su entorno. Desconociendo en ocasiones las aspiraciones que puedan emerge de sus adentros. Sin un antes ni un después que contar a su mundo mas particular. Quizás al mundo en general.Inertes ante las circunstancias que les abordan. Sin momentos contrastados para contar a generaciones venideras. Personas que tal vez vivan de forma monótona. Y al pasar del tiempo quizás se arrepientan de tal actitud. Sí, de no haber dado un paso en falso en toda su vida. De no haber desafiado en ningún momento... ninguno de sus caminos.
Pero todos somos diferentes. Tenemos distintas inquietudes, formas de enfocar la vida, nuestra propia necesidad ante nosotros mismos y el mundo circundante.
Importante...
Tener siempre algo que contar. Sí, algo que te haya emocionado hasta el infinito y mucho mas.
Que tus lágrimas borden tu camino y sientas, ante todo, que has vivido. Tal vez hayas sufrido mucho pero te has levantado valientemente y ello te hace realmente grande. Has regresado al camino de tu vida, de tu verdad mas particular, de la ley establecida y necesaria... Si, tienes muchas cosas que contarnos, que descubrir, que percibir, que compartir, que escuchar... y ante ti la respuesta a lo esencial y mas vital de ti mismo, pues quizás la hayas conseguido. Aunque tal vez no seas consciente del todo de ello.
Recuerda a las personas que quieres, que te han apoyado, que caminan junto a ti, que te arropan. ¡A lo mejor no has tomado consciencia de lo afortunado/a que eres. ¡Felicidades!
M.Mercedes Rodríguez Perera
Sabes, un día hace muchísimo tiempo dije un No abiertamente a la vida. Sufría horrores y, aparentemente, nadie se percataba o quería percatarse de tal situación. No podía aguantar ni un día, ni una noche mas en tal destrucción personal. No busqué dicha destrucción, mas por causas ajenas a mí misma habitaba en mí. Pero alguién me ayudó a levantarme, estaba al límite del desahucio. Estaba mas cerca de la muerte que de la propia vida. Al levantarme empecé a caminar, a tener confianza en mis pasos, a entender el lenguaje en el cual se hablaban las cosas. Me dije a mí misma que pasara lo que pasara lucharía por la vida. Hoy por hoy soy una superviviente. No me arrepiento de la opción vida que he tomado.
ResponderEliminar¡Y la vida que circula! Y nosotros sin alejarnos ni un milímetro de lo establecido. Casi condenados a no conocer la otra parte del mundo, sus costumbres, su ética, su forma de andar por la vida, sus paisajes, su ternura, su universalidad... ¡Oh, pero qué ha pasado! pues... quizás el riesgo no es un don cultivado por demasiasas personas. ¡caramba, pero qué me estas diciendo!
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