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domingo, 26 de julio de 2015

¡Y gracias aquélla locura encontré la vida!


  ¡Oh, mágicas y deliciosas estancias en el campo!¡Sí, con mis abuelos y los transeúntes de aquellos alrededores!Mágicas mañanas tempraneras y mágicos todos los animales que formaban parte, de alguna menera, de aquella entrañable y particular familia(mis abuelos y yo)
   Luego, mi otra familia(mis padres y hermanos). Discusiones sin límites, malos rollos, agreciones, principalmente, hacia mí pues de todo tipo, además sin venir a cuento. Refugiada en una pequeña habitación (de mi hermana y mía) hasta que pasaran terribles tormentas. En mi habitación intentaba buscar un poquito de paz, de sosiego, del por que de semejantes barbaridades.¡Pero dios mío-me decía- donde he venido yo a parar!. Poco colegio visité yo de pequeña por causas aparentemente injustificadas. ¡Oh, mal rollito!Muy escasas salidas al exterior (ni que yo estuviera en cuarentena) Vivía en un mundo a parte casi obligada por las situaciones que me envolvían. Al pasar del tiempo todo se complica. Se produce en mi mente una descompensación mental brutal. ¡Hasta yo misma estaba la mar de sorprendida!Mi mente se acelera cada día un poco mas de forma para mí totalmente incomprensible. Ello parecía fruto de drogas muy fuertes. Mas yo jamás he probado la droga voluntariamente. ¡Oh, un tortazo mas en mi vida!-no me lo puedo creer- Quizás, no lo sé, pues fuese una forma elegante de quitarse a una persona molesta pues de tu circulo familiar, de amistades... ¡Oh-me dije- el horror de una guerra!
   Para rematar la faena yo entro en un  hospital siquiátrico. En realidad dadas las circunstancias no había otra opción posible. Solo los mecánicos de la mente, en aquella situación tan particular podían ayudarme. ¡No había vuelta de hoja! Entiendo que dadas las circunstancias entrar en un siquiátrico fue lo mejor que me pudo pasar. Tuve, allí, pues muchos momentos de compensación, de ser consciente de donde estaba y de quien era yo. También fui consciente de distinta descompensaciones de mi persona. Como un loco no le puede decir a un siquiatra que tiene muchos momentos de compensación, de estabilidad, de recuerdos... pues a esperar a que los siquiatras puedan percatarse de ello. ¡Una faena mas en una vida totalmente rota en apariencias! Después de que se trabajara mucho con mi persona y otros pacientes para estar compensados y con una actitud positiva para regresar a casa... ¡No me lo puedo creer!... en casa me espera la cama preparada para que descansara de forma casi permanente. ¡Pero que he hecho yo para merecer esto! No se me permitía casi salir de la habitación. Muchísimo menos al exterior. Mi vida se apagaba a pasos agigantados. Cada día tenía menos fuerzas para tirar pa´lante. ¡Oh, el horror de una guerra! Para colmo de colmos, mi madre que era mi representante, aparentemente legal, le comenta a los distintos siquiatras que visitábamos, pues que todo iba bien, que todo era normal. No podía respoder a las preguntas de los siquiatras dirigidas a mi persona por que mi mente estaba totalmente bloqueada, supongo que de tanta cama ya no les entendía lo que me decían. ¿Cómo podéis suponer que en aquellas circunstancias yo me podía defender?. Era  un bulto que estaba controlado y además no molestaba. Todo se hacía, si es que se hizo algo, pues a espaldas mía.        ¡Válgame dios!
   
      A día de hoy mi vida ha cambiado mucho. No sé como he conseguido espabilarme ante tanta gentuza haciéndome la vida imposible. Pero lo he hecho que es lo que cuenta. Tengo una forma de andar por la vida, por mi mundo que me gusta, me agrada, me hace feliz. Cierto es que siempre he contado con el apoyo emocional, afectivo, y de todo tipo por parte de mi hermana. En aquellas circunstancias poco se podía hacer. Aquéllo parecía una jauria de lobos y era difícil asomar lo mas mínimo tu persona.Estoy muy agradecida a salud mental por el trabajo excepcional que hacen con todos nosotros. Respeto muchísimo su trabajo y la entrega, dedicación, a la hora de estudiar los casos.

    ¡Mil gracias a todas las personas que han decidido estar ahí, junto a mí, en mi camino! ¡El trabajo que se ha conseguido en mi recuperación, pues pienso que ha sido fruto de la constancia, de la labor, de las comprobaciones de muchos de vosotros!

    ¡Qué la vida os compense toda esa dedicación y laboriosidad en los distintos casos!¡Por mi parte, mil gracias infinitas!

     M.Mercedes Rodríguez Perera

3 comentarios:

  1. A veces, el camino vida que te toca transitar pues te puede presentar algunos trayectos verdaderamente intransitables. Puedes llegar a pensar que eres la única persona que transita ese tipo de caminos. Con el tiempo descubres que hay personas que han transitado caminos mucho mas difíciles e incómodos que los tuyos. Lo importante es reaccionar a tiempo, aceptar la ayuda que sea necesaria, y ponerte en marcha. Sabiendo que los próximos caminos serán elegidos por ti. Que la paz llegará a tu vida, a tu hogar. Y que una experiencia fuerte superada es todo un monumento a la vida superación, agarre personal, social. No todo está perdido y vendrán situaciones, momentos verdaderamente maravilloso. ¡Gracias, equipo!

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  2. Yo por circunstancias en la vida, pues he sido hasta hace poco tiempo una persona muy hermética. No permitía, en la medida que me era posible, pues que nadie se acercara a mí. Normalmente estaba sola y la idea de formar parte de un equipo de amistades me parecía toda una incredulidad. Pero hoy soy una persona sensible, despierta a la vida, he recuperado mi sonrisa, cosa que me costó viajar, imaginativamente por todo un firmamento. Mis sobrinos han cambiado mi mundo positivamente. Me gusta tener una relación de cariño bien entendido, de juego, de investigar su particular mundo. Y cuando me devuelven una sonrisa, pues... mi mundo se convierte en un barco de papel. ¡Oh, qué magia tienen los niños!

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  3. Sabes, yo era una persona tímida, huidiza, de pocas amistades, con un gran potencial en mi interior. Incapaz de reconocer tal potenicial. Menos aun tener una actitud de desarrolarlo y compartirlo con las personas que quieran hacerse eco de su mensaje particular. Un día pasó algo... no recuerdo que fue, pero empecé a comunicar todo mi mundo interior, aposté mi única carta a un todo que desconocía. Hoy no me arrepiento de ello. Hoy me siento parte del mundo. Y siento que el mundo, de alguna manera, me corresponde. ¡Gracias!

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